miércoles, 17 de diciembre de 2008

El Sol de San Isidoro

Figura esencial de la cultura hispana en el período visigótico es, sin duda, San Isidoro de Sevilla, arzobispo de esta ciudad nacido en Cartagena hacia el año 560, y fallecido en el 636. Escribió un compendio de cosmología, "De la naturaleza de las cosas", dedicado al rey visigodo Sisebuto, su discípulo en materias astronómicas. Sin embargo, la principal contribución del santo erudito fue su monumental diccionario enciclopédico, las Etimologías. La magna obra de San Isidoro está dividida en veinte partes, versando algunas de ellas sobre matemáticas, astronomía, medicina, anatomía humana, zoología, geografía, meteorología, geología, mineralogía, botánica y agricultura (todo ello bajo el prisma del saber medieval). Tengamos en cuenta, no obstante, que en la Etimologías se recogen conocimientos de otros autores que son tratados de forma concisa y poco crítica (quedan diez siglos aún para la eclosión de la ciencia moderna). La titánica labor de San Isidoro fue la de compilar en sus Etimologías el saber clásico (que arraigaría de forma desmesurada en nuestro país, particularmente en instituciones como la Universidad y la Iglesia), ejerciendo su obra una enorme influencia posterior, convirtiéndose en el libro más difundido durante buena parte de la Edad Media.
Incorporamos a este cuaderno de bitácora histórico-científico unos fragmentos de las Etimologías (libro III, traducido por Cortés y Góngora), que tomamos del inolvidable y delicioso libro "Historia de la Filosofía y de la Ciencia", de Julián Marías y Pedro Laín Entralgo (Ed. Guadarrama, Madrid, 1964), que amablemente me prestó mi inquieta alumna Isabel. En ellos San Isidoro nos muestra la visión que del Sol se tenía en su época:
"DE LA MAGNITUD DEL SOL
1. La magnitud del sol es superior a la de la tierra, por lo que en el mismo momento que nace, se aparece al mismo tiempo en el oriente y en el occidente. Y como a nosotros se nos aparece del tamaño de un codo, conviene tener presente cuánto dista el sol de la tierra y cuánta sea la distancia para que se vea tan pequeño.
DE LA NATURALEZA DEL SOL
1. Siendo el sol de fuego, se caldea aún más por el excesivo movimiento de rotación, y dicen los filósofos que este fuego se nutre del agua y que recibe la luz y el calor de ese elemento contrario; de aquí que muchas veces le vemos húmedo y lluvioso".
Curiosa visión del Sol. Aún quedaba mucho para que el sabio de Pisa, Galileo, orientara su telescopio hacia el astro rey.

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