lunes, 30 de julio de 2018

Haber, 150 años después

[Sello sueco conmemorativo del premio Nobel (1918) Fritz Haber.
Procedencia de la imagen aquí]

Paradigma de científico controvertido es sin duda el químico alemán (de origen judío) Fritz Haber. No por sus hallazgos científicos, que son realmente excepcionales, sino por el hecho de haber dedicado sus esfuerzos al desarrollo de armas químicas (de terribles consecuencias), poniéndose al frente de la investigación y puesta en práctica en el campo de batalla de la Primera Guerra Mundial de los gases letales, particularmente el cloro (Cl2, gas tóxico cuya nube verdosa fue el terror en las trincheras). Su patriotismo extremado le llevó del crucial descubrimiento de las condiciones óptimas (temperatura, presión y catalizadores) para poder sintetizar el amoniaco (NH3), fundamental para la obtención de fertilizantes, a dirigir la investigación alemana de gases para la guerra química (seguramente pensó que podía contribuir eficazmente para que su país ganase con rapidez la guerra, a pesar de contar con la oposición de su mujer, Clara Immerwahr, también química, quien terminó suicidándose en 1915).

Se cumple este año el 150 aniversario del nacimiento de Fritz Haber (uno de los químicos más relevantes de la historia) y el centenario de la concesión del Premio Nobel de Química. Se ha hablado mucho sobre las luces y las sombras de la labor desarrollada por el químico prusiano pero no está de más recordar la importancia de los trabajos científicos (todo estudiante de química conoce la síntesis del amoniaco y el ciclo de Born - Haber para el cálculo de la energía reticular de una sustancia iónica), para bien o para mal de la humanidad, del químico de Breslau. Y de paso evidenciar, una vez más, que los hombres y mujeres de ciencia no se diferencian sustancialmente del resto de mortales y se ven influenciados y condicionados por las coyunturas históricas.



Rescato la breve biografía que incluyó mi padre, FERNANDO RIVERO GARRAYO, de Fritz Haber en su estudio sobre Los judíos y la ciencia (mis notas aparecen en el texto entre corchetes [...] ) :


Fritz Haber (1868 - 1934) fue un químico físico alemán al que se le debe la síntesis del amoniaco. Nacido en Breslau, su padre era fabricante de tintes, por lo que empezó a estudiar química orgánica y así mejorar técnicamente la empresa familiar, a pesar de lo cual se interesó por la química física. Estudió en las universidades de Berlín, Heidelberg y Zurich. En 1894 pasó a ser profesor asistente en la Escuela Superior Técnica de Karlsruhe, y más tarde, en 1906, profesor de química técnica. En 1911 se le nombra profesor en Berlín, donde el mismo año ocupa el cargo de director del Instituto de Química Física Kaiser Guillermo, recientemente fundado. 

Desde 1900 empezó a investigar sobre la síntesis de amoniaco,  ya que la producción de abonos nitrogenados se surtía del nitrato de Chile, y existía la necesidad de que Alemania se autoabasteciera de este tipo de fertilizantes. En 1908 logró dicha síntesis a partir del nitrógeno atmosférico y del hidrógeno procedente de la electrólisis del agua. La reacción química correspondiente (N2 + 3H2 = 2NH3) la realizaba mediante una alta presión [téngase en cuenta que un aumento de la presión desplaza el equilibrio hacia la derecha, con mayor formación de amoniaco, pues es un equilibrio en fase gaseosa en el que 4 moléculas de reactivos, 1 de nitrógeno y 3 de hidrógeno, forman solo 2 moléculas de producto, que es amoniaco], de 200  a 1000 atmósferas y a la moderada alta temperatura de unos 500 ºC y un catalizador a base de hierro [utilizó también catalizadores de osmio y de carburo de uranio]. Junto con su cuñado, el químico técnico Carl Bosch (1874 - 1940), premio Nobel de Química de 1931 por sus investigaciones sobre el empleo de altas presiones en procesos químicos, aplicó en 1913 la citada síntesis del amoniaco a la industria (proceso de Haber - Bosch). Debido a dicha industrialización, Alemania dispuso en abundancia de fertilizantes nitrogenados (además del amoniaco, NH3, este por oxidación da lugar al ácido nítrico, HNO3) y de explosivos durante la 1ª Guerra Mundial, a pesar del bloqueo marítimo a que la sometió Inglaterra.



[Proceso de Haber - Bosch para la síntesis industrial de amoniaco (NH3).
Procedencia de la imagen aquí]

Durante esta guerra [la 1ª Guerra Mundial], Haber, que era muy patriota, puso sus laboratorios al servicio del gobierno alemán para producir gases venenosos (cloro, fosgeno e iperita o gas mostaza) con la posibilidad de usarlos en los frentes de batalla y contrarrestar los de los aliados, como así ocurrió [a comienzos de la guerra Francia y Rusia fracasaron en su ataque con gases a Alemania; parece ser que los gases  lacrimógenos (a base de compuestos orgánicos con bromo) de los franceses se dispersaban en el viento sin alcanzar su objetivo y los lanzados por los rusos terminaban condensados en el  frío lodo sin afectar al enemigo].

[FOSGENO]




En 1918 recibió el Premio Nobel de Química por la citada síntesis del amoniaco. La concesión de dicho premio fue criticada por otros científicos, especialmente ingleses, como Rutherford que se negó a recibirle cuando Haber visitó Cambridge en 1933, y ello por el apoyo de este a la fabricación de gases venenosos.

Para ayudar a enjugar la deuda de guerra que Alemania debía abonar a los aliados, Haber trató de obtener oro del mar, pero fracasó en este intento [después de largas investigaciones, Haber llegó a la conclusión de que no era para nada rentable la extracción del preciado metal del agua marina pues las concentraciones de oro en ella resultaban ser mucho menores de lo que se creía]. 

Además de los trabajos anteriores, Haber tiene otros importantes en Termoquímica y Electroquímica, como el estudio químico de la llama del mechero de gas y el invento, en 1909, de un electrodo de vídrio que se emplea en la medida del pH

En 1933, a pesar de ser de origen judío, debido a sus méritos era respetado por los nazis, además de estar exento de dejar su puesto, por haber obtenido este antes del comienzo de la 1ª Guerra Mundial, de acuerdo con una ley promulgada por los nazis. No obstante, Haber no quiso hacer uso de esta prerrogativa y solicitó ser jubilado como director de los Institutos Kaiser Guillermo y como catedrático de la universidad de Berlín, y emigró a Inglaterra, donde fue invitado por la universidad de Cambridge. Esta ausencia de su patria hizo que su espíritu decayera bastante y murió poco más tarde en Suiza de un ataque al corazón cuando iba a pasar allí unas vacaciones. 












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