Después de realizar la votación democrática de delegado de clase en la Tutoría de mi instituto, y tras comprobar una vez más el absoluto desconocimiento del espíritu y de las reglas de una elección semejante, no he podido evitar escribir unas líneas al respecto en este modesto blog, estrenando así esta sección de "Esto no es ciencia (divagaciones varias)".
A unos adolescentes tal vez se les pueda perdonar su ignorancia y su desorganización, pues están aún en periodo de formación, pero lo ocurrido nos muestra con claridad cuánto trabajo, y qué duro, nos queda por hacer con ellos. Y es que una sociedad mal formada y en la que con demasiada frecuencia no se cumplen las normas y no se escucha y respeta la opinión de los demás conduce inevitablemente a una democracia de baja o muy baja calidad ( que en realidad no es democracia). Un pueblo inculto y mal educado no puede construir nunca, ni sostener, la estructura democrática de una sociedad. Será el reino de la pseudodemocracia o de la "no democracia" (acaso incluso de la antidemocracia).
La enseñanza de las ciencias, como parte esencial de la formación de nuestros jóvenes, tiene mucho que decir y que hacer con nuestros jóvenes, particularmente en lo que respecta al desarrollo de un espíritu crítico y de la madurez intelectual de los futuros ciudadanos. El granito de arena que los profesores de ciencias podamos aportar me parece de vital importancia. ¿Qué cabe esperar de una sociedad acrítica y poco preparada?
Aprovecho para recomendar al lector el libro del insigne filósofo Gustavo Bueno titulado "Panfleto contra la democracia realmente existente" (La esfera de los libros, Madrid, 2004), donde el sabio profesor aborda la democracia de forma crítica y sistematizada.
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