viernes, 10 de abril de 2020

Los rayos X a finales del siglo XIX (3ª parte)

[Röntgen descubre los rayos X en 1895. Ilustración de Alejandro Martínez de Andrés (2014); CSIC. Procedencia de la imagen aquí]

En artículos anteriores hemos hablado en El devenir de la ciencia del descubrimiento y obtención de esos rayos incógnita, X, descubiertos por el físico alemán W. Röntgen a finales de 1895 (parte 1 y parte 2). Ya señalamos que la difusión y repercusión del hallazgo de aquella radiación penetrante e invisible fue grande y rápida, muy rápida. Rauda corrió la noticia por la prensa internacional (la primera publicación en prensa es del 5 de enero de 1896, en Viena,  pues se vislumbraba una epifanía científica de aplicaciones sorprendentes y poderosas).

En una época en la que el telégrafo permitía una difusión veloz de las noticias, nuestro país no fue una excepción, y muy tempranamente la prensa española se hizo eco de la nueva que venía del corazón del continente. A mediados del mes de enero de 1896, por partida doble (con una semana de diferencia), el histórico Diario de Barcelona daba buena cuenta del hallazgo de Röntgen. Las primeras experiencias con rayos X en España se hacían en fechas tan precoces como los comienzos de febrero de 1896. Tras una experiencia pionera realizada por César Comas (a la sazón interesado en el estudio de la electroterapia y al frente del Gabinete Fotográfico de la Facultad de Medicina de Barcelona), se lleva a cabo un ensayo en la Facultad de Medicina (tras el apoyo del decano y la formación de una comisión constituida por el propio Juan Giné y Partagás, el catedrático  Ramón Coll y Pujol, varios doctores y el joven precursor César Comas) el 10 de febrero de 1896. La experiencia fue un éxito, pues los rayos X permitieron ver, tras el proceso de revelado, la proyección de unas pinzas y un corta vidrios. Dichos objetos metálicos, opacos a la radiación de Röntgen, se habían colocado, cubiertos por un cartón, sobre una placa emulsionada que había sido envuelta por dos hojas de papel negro. Los rayos X atravesaron hojas y cartón, mientras que los objetos metálicos proyectaron sus sombras, que aparecieron con intensidad en la placa revelada. Comprobaron así la asombrosa aplicación de los rayos descubiertos por Röntgen a finales de 1895, pues estos permitían la observación de objetos ocultos en el interior de otros, opacos estos últimos a la radiación visible pero penetrables por los rayos X.

Entre ambos ensayos con rayos X en los que participa el pionero español César Comas, el 6 de febrero de 1896 Eduardo Fontseré, ayudante del catedrático de Física Superior en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Barcelona Eduardo Lozano, obtuvo con éxito la primera radiografía en nuestro país (el primer experimento de Comas, el 2 de febrero, no fue satisfactorio, posiblemente debido a un tiempo de exposición de la placa fotográfica a los rayos X insuficiente o a una distancia excesiva entre el tubo de Crookes y la placa). Es el catedrático Eduardo Lozano y Ponce de León quien imparte la primera conferencia en España sobre los rayos X (Las radiaciones de Röntgen. Qué son y para qué sirven), en la que muestra la radiografía, celebrada en la Real Academia de las Ciencias y las Artes (Barcelona). Era el 10 de febrero de 1896.

Puede leerse más sobre estos comienzos de la difusión y experiencias con rayos X en nuestro país en los siguientes enlaces, entre otros:







Tiempos aquellos (finales del siglo XIX, principios del XX) en los que las ciencias adelantan que es una barbaridad, si me permiten rescatar aquellas celebérrimas palabras que le dijo don Sebastián a don Hilarión. 


[Ilustración humorística de 1896 que hace referencia a la fascinante cualidad de los rayos X de atravesar cuerpos y permitir la observación de  su interior. Procedencia de la imagen aquí]