domingo, 27 de marzo de 2016

Las observaciones astronómicas y físicas de Jorge Juan y Antonio de Ulloa

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"El principal fin del viaje, fue el averiguar el verdadero valor de un grado terrestre sobre el ecuador, para que cotejado este con el que resultase tener el grado, que habían de medir los astrónomos, enviados para esto al norte, se infiriese sin duda, de uno, y otro, la figura de la Tierra, y además de su utilidad, se decidiese de una vez, con tan ilustres experiencias, esta ruidosa cuestión, que ha agitado a todos los matemáticos, y aun a las naciones enteras por casi un siglo".


[Del Prólogo de las Observaciones astronómicas y físicas hechas de orden de S. Mag. en los Reinos del Perú, de las cuales se deduce la figura y magnitud de la Tierra y se aplica a la navegación; impreso en Madrid en 1748. Obra de JORGE JUAN y ANTONIO DE ULLOA]


Esta obra capital de los eximios marinos y científicos españoles Jorge Juan (1713 - 1773) y Antonio de Ulloa (1716 - 1795) es una de las que podemos disfrutar en los fondos digitalizados de la Biblioteca Nacional de España (aquí). 

Jorge Juan y Antonio de Ulloa (el sevillano que descubrió el platino en tierras americanas) fueron figuras de gran relieve en la España del siglo XVIII, representantes de la ciencia ilustrada que alcanzaron prestigio y reconocimiento internacional. Ambos marinos, muy jóvenes, fueron los españoles elegidos para representar a nuestra nación en la importante expedición geodésica hispano-francesa al ecuador (1735) para la determinación precisa de la forma de la Tierra. Junto con las medidas tomadas por la expedición que se desplazó a Laponia se demostró que nuestro planeta no estaba achatado por el ecuador sino por los polos, como se deducía de la teoría de Newton.


Mientras que en la Relación histórica del viaje a la América meridional (1748) Juan y Ulloa realizaron una descripción de la geografía, la historia y la naturaleza de las regiones americanas que recorrieron, en las Observaciones astronómicas y físicas (1748) los marinos y científicos españoles nos muestran sus resultados matemáticos y astronómicos para la determinación precisa de la figura de la Tierra, concretamente midieron el arco correspondiente a tres grados de meridiano en el ecuador. Nos cuenta Juan Pimentel en Viajeros científicos que es este un texto voluminoso y mucho más detallado que el que escribieron La Condamine y Bouguer a su regreso, pues los jóvenes marinos españoles de la expedición hispano-francesa buscaban el reconocimiento y prestigio que, ciertamente, merecían. 

El lector curioso puede navegar por la selección de obras de Jorge Juan y Antonio de Ulloa digitalizadas por la BNE, rindiendo homenaje a tan magníficos personajes de nuestra historia, muchas veces oscura pero no por ello exenta de figuras de relieve internacional. Del sevillano Antonio de Ulloa se cumple este año el tercer centenario de su nacimiento. ¿Cuántos de los muchos transeúntes por la céntrica calle Almirante Ulloa de Sevilla, en estos días de procesiones, habrán levantado su cabeza para leer la placa que recuerda la casa en la que nació en 1716 el descubridor del platino?