[A. VOLTA presentando su pila a Napoleón]
A finales de 1801 Alessandro Volta, el gran científico lombardo, acude al Instituto de Francia para mostrar su pila eléctrica y realizar diversas experiencias con ella ante los académicos franceses. A alguna de estas sesiones científicas asiste el mismísimo Napoleón. El Primer Cónsul de Francia queda admirado con lo que le muestra el físico de Como.
En sus Notas biográficas el matemático, físico y astrónomo François Arago escribió :
En sus Notas biográficas el matemático, físico y astrónomo François Arago escribió :
"Esta pila [de Volta] de tantas parejas de metales diferentes separados por un poco de líquido es, por la singularidad de los efectos, el instrumento más maravilloso que el hombre nunca ha inventado, sin exceptuar el telescopio y la máquina de vapor".
Ilustrativo. Recordemos que Arago jugó un papel (aunque poco divulgado) muy importante en el origen de las investigaciones electromagnéticas, cuyos experimentos sirvieron para que otros obtuvieran las explicaciones teóricas pertinentes. Su disco de cobre ("disco de Arago"), en el que observa el magnetismo de rotación, fue precursor del de Faraday, descubridor de la inducción electromagnética (1831).
Con anterioridad a su presentación en París, Volta había mandado una carta a la Royal Society londinense (1800) con información de su pila eléctrica, generándose una controversia respecto al origen de la fuerza electromotriz de la pila.
Hay que tener en cuenta la rivalidad, también científica, entre las dos grandes potencias europeas. Durante las últimas décadas del siglo XVIII y buena parte del XIX la hegemonía científica la ostenta Francia pues Inglaterra (pese a ciertos nombres de gran relieve, como Davy o Dalton, entre otros) ha entrado en cierta decadencia, como denunció Charles Babbage ("padre de la informática"). Y ello debido al apoyo estatal que se dio en Francia a la formación y la investigación científicas, particularmente en tiempos de Napoleón. Este, con criterios utilitarios, actuó de mecenas científico y en educación pública puso en marcha un plan regido por los principios de uniformidad y autoridad centralizada y claramente jerarquizada, al más puro estilo militar. Las Escuelas Normal y Politécnica, que habían nacido en el periodo revolucionario, llegaron a ser instituciones fundamentales para la formación de futuros científicos y técnicos civiles y militares. París era el centro neurálgico del mundo científico (por tal motivo Alexander von Humboldt decidió establecerse en la capital de Francia tras su regreso del continente americano, quien, dicho sea de paso, fue partidario de la tesis de Galvani sobre la supuesta electricidad animal, mientras que Coulomb defendió las ideas de Volta, centradas en los metales).
Como se ha dicho Napoleón quedó impresionado con las experiencias de Volta y nombró una comisión, formada por sabios como Laplace, Coulomb, Monge, Fourcroy, Biot y otras celebridades, la cual propuso otorgar la medalla en oro del Instituto de Francia al ciudadano Volta, por su gran contribución en el campo de la electricidad y como prueba de reconocimiento por haberlo comunicado.
Poco después comenzaría a desarrollarse la electroquímica y la investigación en electrodinámica y electromagnetismo, que alcanzará su momento álgido con el descubrimiento de la inducción electromagnética por parte de Faraday.
Más en EL DEVENIR DE LA CIENCIA sobre VOLTA y la PILA: aquí.
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