sábado, 12 de febrero de 2011

Ciencia para los pobres. Pilar Mateo y su lucha contra el mal de Chagas.


Es realmente vergonzoso que en el denominado primer mundo sepamos tan poco de esa enfermedad que afecta a buena parte de América Latina y que es conocida como "el mal de Chagas" (enfermedad de Chagas-Mazza). Particularmente triste es su gran desconocimiento en España, por lo que nos toca. Quien escribe tampoco había oído hablar del mal de Chagas hasta hace un año; fue gracias al interesante artículo que dedicó al asunto Carlos Javier Galán en su blog "La nota discordante" (para leerlo, pínchese aquí). 

No debe extrañarnos, aunque nos cause la máxima indignación, pues afecta la enfermedad a poblaciones pobres de ciertos países americanos. Es un mal de los pobres, de los más pobres, de quienes viven en unas condiciones lamentables. Y eso parece que no preocupa demasiado al primer mundo. Afortunadamente, siempre hay alguien que está dispuesto a sacrificar muchas cosas para ayudar a los más necesitados, pero requiere el apoyo de los gobiernos, y de nuestra movilización como ciudadanos de una sociedad que, a pesar de todo, podemos considerar próspera y hasta privilegiada.

La enfermedad de Chagas (tripanosomiasis americana) es una enfermedad parasitaria tropical provocada por un protozoo flagelado: Trypanosoma cruzi.

[ Imagen de Trypanosoma cruzi. Foto: Ciencianet]

El nombre cruzi del parásito se lo puso el médico brasileño Carlos Chagas en honor de su colega y amigo Oswaldo Cruz (1872 - 1917). Este último creó un instituto de investigaciones médicas en Río de Janeiro. Precisamente allí Carlos J. Ribeiro das Chagas (1879 - 1934) realizó su tesis doctoral sobre la hematología de la malaria y, unos años después, en 1909, descubrió la tripanosomiasis americana, haciendo un trabajo sin precedentes, pues describió la enfermedad de forma completa, desde el agente patógeno (un protozoo flagelado parásito) a las manifestaciones clínicas, pasando por su vector (un insecto hematófago, un chupasangre nocturno). Sugirió asimismo con acierto que el armadillo era el reservorio natural del parásito. Por si ello fuera poco realizó un exhaustivo estudio epidemiológico de la enfermedad (describió veintisiete casos agudos y llevó a cabo más de un centenar de autopsias a pacientes que sufrieron el mal de forma crónica). Vemos aquí una notable diferencia con los descubrimientos del agente causante de la malaria, de su vector y del ciclo vital completo del parásito, donde el mérito se distribuye entre varios científicos de relieve.
[Carlos Chagas. Foto: Wikipedia]

No podemos olvidar al médico argentino Salvador Mazza (1886 - 1946), quien dedicó buena parte de su vida y energías al estudio y la lucha contra la tripanosomiasis americana, centrándose en el combate contra el vector, el insecto vampiro, denunciando que para controlar la expansión de la enfermedad descrita por Chagas era esencial cambiar las nefastas condiciones higiénicas, educativas y económicas de las zonas rurales más pobres, pues sus insalubres viviendas (humildes chozas) eran también la morada de la chinche transmisora del parásito. Parece ser que el buen doctor argentino falleció víctima de la enfermedad a la que había dedicado su vida, pues le sorprendió fatalmente un infarto de miocardio en 1946, muy posiblemente como consecuencia de la tripanosomiasis americana en su forma crónica, mientras participaba en un congreso médico en Monterrey (México). El director de cine Juan Bautista Stagnaro rindió tributo a Salvador Mazza en la película Casas de fuego (1995).

El mal de Chagas presenta una forma aguda, volviéndose frecuentemente crónica sin manifestarse los síntomas durante años, hasta que surgen problemas cardíacos (miocardiopatía) y digestivos (intestinales). No es fácil conocer con exactitud las cifras de afectados por esta enfermedad endémica americana, pero se estima en más de 15 millones de personas al año, muriendo varias decenas de miles (tal vez unas 50. 000), en su mayoría pobres de zonas rurales. Cifras que hablan por sí solas y no nos pueden dejar indiferentes.  

Ya advirtió el doctor Mazza en las primeras décadas del siglo XX que la lucha debía centrarse en el transmisor de la enfermedad (ligado a las malsanas condiciones de vida de la población rural americana). Normalmente el vector es el Triatoma infestans, insecto hematófago  nocturno de la familia de los redúvidos. Estos miserables chupasangre son conocidos con diferentes nombres, como vinchuca, barbeiro, chinche besucona y otros.




  [La "vinchuca", vector del parásito del mal de Chagas.


Este hematófago pica a su víctima para alimentarse de su sangre y transmite el protozoo parásito de la enfermedad de Chagas, que se aloja en su intestino, cuando defeca encima de la picadura.

Doblemente esperanzador es el trabajo de la investigadora valenciana Pilar Mateo, doctora en Ciencias Químicas y especialista en pinturas.  Por un lado, por las posibilidades que se abren para poder atajar el mal de Chagas con el mecanismo de acción contra la vinchuca diseñado por la científica española; por otro, por la esperanza que supone que haya investigadores que pongan todo su empeño, sacrificando muchas cosas, en beneficio de los que más lo necesitan, aquellos que cuentan muy poco para los gobiernos. Una ciencia al servicio de los pobres es una ciencia heróica, con mayúsculas.

 El ingenio y la sensibilidad de Pilar Mateo son prueba fehaciente de que la denostada Química puede estar, y lo está, al servicio de la humanidad, del bienestar de todos, incluidos los pobres. Esta investigadora ha desarrollado la técnica de microencapsulación polimérica, consistente en la aplicación de una pintura que contiene microcápsulas con biocidas en bajas dosis, de manera que el principio activo, un insecticida en el caso del mal de Chagas, se va liberando lentamente a través de la pintura, de forma inocua para los niños y las personas en general. Desconozco la efectividad real de la técnica pero parece que es un método con importantes ventajas, como la citada. En cualquier caso, las autoridades deberían mostrar el máximo interés por él.

Afirma Pilar Mateo, que conoce de muy primera mano la enfermedad, en su web que "el mal de Chagas no es más que una tapadera de una realidad que nadie quiere ver, que es la pobreza". Y añade:
"La mayoría de las enfermedades por las que se sufre y se muere en los países del Sur, fueron resueltas hace muchos años en el Norte. Sabemos pues cómo hacerlo, por lo que nos encontramos con la obligación de pasar a la acción y eso supone poner todo el conocimiento al servicio de este objetivo.
[...]
Junto a la Ciencia es necesario que haya una movilización social que permita conocer a los verdaderos protagonistas de este combate.
Solo se conseguirá erradicar las enfermedades si hay control vectorial, control clínico, formación en higiene y salud, viviendas dignas y sanas, y por descontado una gran movilización social".

Dejo aquí el podcast de Siluetas, el excelente programa de entrevistas de RNE1 (¿hay alguno mejor?), en el que Manuel Ventero mantiene una amable y jugosa charla con Pilar Mateo. Una hora sin desperdicio, no se la pierdan:







Revelador este pequeño fragmento de la película Casas de fuego, sobre la labor desarrollada por el médico argentino Salvador Mazza en los años 20 del pasado siglo para erradicar el mal de Chagas:




1 comentario:

Anónimo dijo...

creo que a mi hermana la mordio o la pico, no se el termino correcto, pero lo que si estoy segura es que era ese tipo de chinche, que devo hacer como saber si la contamino? el insecto. me urge la contestacion gracias dejo mi correo,. soy de mexico.
andres_gato19@hotmail.com