domingo, 1 de marzo de 2009

Sobre Oscar Hertwig y el postdarwinismo (y II)


(Foto: Oscar Hertwig; procedente de http://de.wikipedia.org)
Curioseando un día, como tantos otros, en la nutrida biblioteca de mi padre, encontré un ejemplar que me llamó poderosamente la atención. Se trataba de un libro de 1930 titulado "Trayectorias embriológicas. Lecciones de alta Biología" (Tipografía Católica Casals), del sacerdote jesuita Jaime Pujiula, académico numerario de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Barcelona. Este opúsculo es una ampliación de otro anterior titulado "Conferencias Biológicas: Estudios críticos sobre la teoría de la evolución". Es una obra antievolucionista que trata de refutar la ley biogenética fundamental de Müller y Haeckel y, por extensión, la teoría de la evolución de las especies. Es un tratado serio que nos ilustra la visión que de la evolución tenían los científicos católicos de los años 20 del pasado siglo. El problema surge cuando se mezcla ciencia con creencia (religiosa); esta última muy respetable, pero que debiera mantenerse al margen del análisis científico.
A pesar de su extensión, incluimos en "El devenir de la Ciencia" un fragmento del capítulo titulado "Ideas de O. Hertwig sobre la ley biogenética fundamental", que forma parte del epílogo, dado su interés histórico.
"Maravillosa coincidencia de ideas con las nuestras hallamos en la obra de O. Hertwig Das Werden der Organismen respecto no sólo a éste, sino también a otros muchos puntos, como la herencia de caracteres adquiridos, de la especifidad de la célula, etc. Acerca de la ley biogénetica fundamental es oportunísimo citar algún párrafo de la mencionada obra en prueba y confirmación de nuestra tesis.
Partiendo del principio de la especifidad de la célula, aplicado a la ontogénesis, va probando cómo en cada estadio embrionario el organismo en formación es tan distinto realmente de otro cualquiera en el mismo estadio como lo son los organismos adultos, porque en todos ellos es siempre la misma especie, distinta realmente de cualquier otra. "Sobre la base de ley causal ontogénica, dice Hertwig ["Das Werden der Organismen", pág. 271 (1922)], pierde su fundamental significación la disputa sostenida sobre la mayor o menor semejanza de cada estadio embrionario de diversos vertebrados en orden a su filogénesis. Porque por parecidos que pueden presentarse exteriormente ciertos estadios embrionarios del hombre, del mono, de otro mamífero cualquiera, más bajo en la escala zoológica, y aun de un reptil, hasta el punto de que un inexperto observador los pueda confundir; con todo, sus caracteres específicos, visibles ya, o en potencia y sólo más tarde manifestables, son en realidad de verdad tan diversos entre sí como en su estado de perfecto desarrollo. El embrión humano no está más próximo al del mono que el hombre ya desarrollado lo está de la especie simiana".
Es, además, un absurdo, según O. Hertwig, que un mamífero, por ejemplo, provenga mediata o inmediatamente de un pez, de un anfibio, de un reptil, etc.; porque todos estos animales coexisten, son contemporáneos, formando en conjunto la fauna actual. ¿Cómo se convirtieron unos sí y otros no? Es que la supuesta ley es una arbitrariedad y nada más.
Por todas estas razones rechaza decididamente este autor esa ley ficticia. Pero O. Hertwig es también evolucionista y pretende explicar la formación de las actuales especies por procesos naturales. Por lo cual, si por un lado rechaza y refuta la ley biogenética fundamental, busca medio de substituirla y le parece encontrarlo en la variabilidad de la célula específica como germen (Anlage) bajo el influjo de los múltiples estímulos que obran sobre ella, ora sean internos, ora externos.
[...]
De lo dicho se sigue que Hertwig destruye desde luego la ley biogenética fundamental de Fritz Müller, Haeckel, etc.; pero pretende substituirla por otra que podríamos llamar de la variabilidad del autophylum. ¿Será él más feliz que otros? Veámoslo.
Desde luego tendremos que achacarle el mismo defecto de que adolecen todas las teorías evolucionistas, la falta de hechos reales que la apoyen en esta parte. En efecto, si mal no entendemos el pensamiento del gran biólogo de nuestros días, se puede éste concretar en estas preguntas: ¿Ha habido evolución?- Contesta Hertwig que sí. ¿Existe paralelismo entre las formas o especies graduales de la escala biológica y los estadios ontogénicos de los organismos como pretenden los defensores de la ley biogenética fundamental?- Contestación de O. Hertwig: que no, sino que cada phylum o genealogía, como queda dicho, habría evolucionado dentro de su línea propia, adquiriendo el soma y germen nuevas cualidades que éste transmitiría por la herencia, la cual aparecería modificada en mayor o menor escala en cada nueva generación.
[...]"
Esperamos en "El devenir de la Ciencia" los comentarios de nuestros amigos biólogos.

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