[VOLTAIRE]
"La ignorancia afirma o niega rotundamente; la ciencia duda". VOLTAIRE.
Aunque no siempre es así (pensemos en la provisionalidad de las teorías científicas pero también en la invariabilidad de las leyes), el aforismo del sabio francés es un dardo perfectamente lanzado contra la arrogancia de aquellos que creen estar en posesión de la verdad, defendiendo ciegamente su postura. El científico debe estar acostumbrado a dudar, a plantearse preguntas, a estar dispuesto a la revisión de sus ideas. Por eso, quizás, el científico es poco dado a la actividad política, más propia de los enemigos de la duda.
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