Algunos años atrás quedé francamente sorprendido cuando leí algunos artículos filosóficos de un joven discípulo de Ortega y Gasset, Ramiro Ledesma Ramos (1905 - 1936), primero escritor y filósofo, con una sólida formación matemática, y luego volcado a la actividad política en aquellos agitados años 30 del pasado siglo, de trágicos y bien conocidos acontecimientos. Él mismo perdió la vida, sacado de la cárcel y asesinado, en el sangriento año de 1936. Nuestro país perdió, sin duda, a una mente privilegiada ("no han matado a un hombre, han matado a un entendimiento" dijo su maestro, Ortega).
[Ramiro Ledesma, joven intelectual español de los años
20 -30 del siglo XX. Fuente de la imagen:
Escribió el joven filósofo zamorano un puñado de buenos artículos sobre filosofía y ciencia, colaborando en La Gaceta Literaria y en Revista de Occidente, entre otras prestigiosas publicaciones de la época. Entre ellos destaca La Filosofía, disciplina imperial, de
1931, donde Ramiro Ledesma (en estas notas para una fenomenología del conocimiento filosófico) nos explica en qué
consiste el proceso de creación científica: “Tal cosa, o teoría, que hoy se
admite por los sabios, demuestro que es imposible, que es falsa. Mi
contribución positiva a la marcha de la ciencia es esa demostración negativa de
imposibilidad. Ahora bien: si una teoría
es debelada por mí, vengo
obligado a construir otra, a afirmar otra que suplante a aquélla. El único
asidero de legitimidad para mi construcción es realmente que triunfa de mis
críticas a la teoría antigua”. Esto, según Ledesma, conduce a una paradoja inherente a la propia ciencia: “La mayor prueba de que una teoría científica es verdadera
-legítima- consistirá precisamente en
que pueda ser refutada algún día. Su parte afirmativa adquiere tan sólo
entonces sabor científico genuino”. Sin embargo, el joven pensador zamorano nos
aclara oportunamente: “Esto en cuanto a lo que la ciencia tiene de teórico, que
es de donde proceden sus habituales confusiones con la filosofía. Pues su
estricto matiz experimental, atenido a esto que ahora observo, aunque le
confieran mis métodos validez universal y firmeza absoluta, no despierta
peligro alguno de esa índole”. ¿No es esto acaso falsacionismo en estado puro?
Vemos pues aquí cómo Ramiro Ledesma esboza una tesis falsacionista concordante con la de Karl Popper, quien estableció la refutabilidad o contrastabilidad como criterio de
demarcación entre ciencia y pseudociencia y, con posterioridad, entre aquélla y
la metafísica. Esta idea fundamental del vínculo entre la legitimidad (o autenticidad) de una teoría científica y la
posibilidad de su refutación ya es advertida por Ledesma en 1929 (El causalismo de Meyerson). Recordemos que no es hasta 1934 cuando Popper expone claramente su tesis de la refutación en Logik
der Forschung (Lógica de la
investigación científica). En esto, como en tantas otras cosas, Ramiro Ledesma fue un precursor.
Relación de artículos de
Ramiro Ledesma con interés científico (sobre matemáticas, física, filosofía de la
ciencia, teoría del conocimiento y otros):
[Nota: Se emplean las abreviaturas LGL para La Gaceta Literaria y RO
para Revista de Occidente]
1928:
(1) El
matemático Rey Pastor (LGL, nº
30, 15 de marzo).
(2) Descartes
y el idealismo subjetivista moderno (LGL,
nº 38, 15 de julio).
(3) Recensión
del libro Espacio, hiperespacio y
tiempo, de Francisco Vera (LGL, nº
40,
15 de agosto).
(4) Hans
Driesch y las teorías de Einstein* (LGL, nº 44, 15 de octubre).
(5) El
profesor Carrasco y la filosofía de la
Mecánica (LGL, nº 46, 15 de
noviembre).
(6) El
matemático indio, S. Ramanujan (LGL, nº
46, 15 de noviembre).
(7) Rey
Pastor y el sabio italiano Enriques (LGL,
nº 46, 15 de noviembre).
(8) Las
lecciones de Cabrera sobre el átomo (LGL,
nº 47, 1 de diciembre).
1929:
(9) La
Gestalttheorie (LGL, nº 50, 15 de enero).
(10)
Sobre la matemática
transfinita (LGL, nº 50, 15 de enero).
(11)
El profesor Butty (LGL, nº 52, 15 de febrero).
(12)
André Metz y la
Geometría Euclidiana (LGL, nº
54, 15 de marzo).
(13)
De la nueva
psicología (LGL, nº 54, 15 de marzo).
(14)
Hertwig y el
postdarwinismo (LGL, nº 55, 1 de abril).
(15)
La actualidad de
Cournot (LGL, nº56, 15 de abril).
(16)
Bertrand Russell:
Análisis de la materia* (RO,
nº 71, mayo).
(17)
Lógica y matemática (LGL, nº 61, 1 de julio).
(18)
El causalismo de Meyerson* (RO, nº75, septiembre).
(19)
Francisco Vera:
Evolución del concepto de número (LGL, nº
72, 15 de diciembre).
(20)
La fenomenología en
España
(LGL, nº 72, 15 de diciembre).
(21)
En la Academia de
las Ciencias (LGL, nº 72, 15 de
diciembre).
1930:
(22)
Las sensaciones
táctiles* (RO, nº
84, junio).
(23)
Esquemas de Nicolai
Hartmann* (RO, nº
89, noviembre); sobre gnoseología.
(24)
Sobre la filosofía
del Renacimiento* (RO, nº
90, diciembre).
1931:
(25)
La filosofía,
disciplina imperial (Notas para una fenomenología del conocimiento
filosófico)* (El Sol,
22 de septiembre).
(Nota: Los artículos señalados con un
asterisco forman parte del libro La
filosofía, disciplina imperial, Tecnos, Madrid, 1982; este libro es
reedición de Escritos filosóficos,
título que se le dio en 1941, donde se recogen una serie de artículos de Ramiro
Ledesma, seleccionados por él mismo. Las dos ediciones incluyen el estudio
preliminar de Montero Díaz : La evolución
intelectual de Ramiro Ledesma)
2 comentarios:
Lo peor de R. Ledesma es, como en todo filósofo de la ciencia, mezclar ciencia e ideología. La ciencia no se basa en ideas preconcebidas.
Saludos
Una cosa es hacer ciencia y otra muy diferente es reflexionar sobre ella y analizarla y escrutarla como haría un filósofo, desde afuera. Por eso dice Ledesma que la Filosofía es una disciplina "imperial".
Un saludo y gracias por el comentario.
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