En su columna "El electrón libre" del pasado jueves 20 de noviembre en el diario Público (que tiene una muy digna y recomendable sección dedicada a las ciencias), el catedrático don Manuel Lozano Leyva analizaba el polémico asunto del problema de la energía. En ella, bajo el título de "La telaraña fósil", tan docto profesor se hacía la siguiente pregunta: "¿Pero puede ser Europa independiente y soberana energéticamente?". Bien sabe él la respuesta al peliagudo interrogante: "Sólo tiene dos vías realistas: basar su bienestar y desarrollo en un consumo mínimo de energía o relanzar la nuclear". Valiente postura (y creo que acertada), que seguramente le habrá provocado no pocas enemistades entre los lectores del diario Público (muchos de ellos, supongo, fervientes antinucleares). Todo plan de actuación serio, responsable y realista en este crucial asunto ha de fundamentarse, como nos indica Lozano Leyva, en tres pilares esenciales y complementarios: ahorro energético, investigación en la energía solar (para mejorar su bajísimo rendimiento) y desarrollo (nos guste o no), prudente y sin prejuicios, de la energía nuclear.
En el blog de ciencias de Público le preguntaba yo al profesor Lozano Leyva (ante mis temores de que las dificultades técnicas y económicas estén ralentizando el desarrollo de la energía nuclear de fusión y tal vez el optimismo al respecto se esté desvaneciendo) lo siguiente: ¿Podremos ver alguna central nuclear de fusión funcionando dentro de tres o cuatro décadas? El amable físico me respondió así:
"La fusión nuclear controlada se está desarrollando por etapas. Las podríamos correlacionar con sus costos y (en consecuencia) con su carácter: nacional, europeo y (casi) mundial. En España, por ejemplo, tuvimos el TJ en el CIEMAT, un dispositivo experimental tipo Sterelator. Después vino el JET (Joint European Torus), instalado cerca de Oxford en UK. Sus resultados positivos dieron paso al ITER (International Thermonuclear Experimental Reactor) que se está instalando en Francia y en el que, además de Europa, participan Estados Unidos, Japón, Rusia, India y Corea del Sur (quizá algún país más que no recuerdo). Este es del tipo Tokamak. su instalación estará a punto allá por el 2017. Si los resultados son como se esperan, tras varios años de estudios, se podrá diseñar (supuestamente) el DEMO, cuya construcción durará del orden de otra década. Este reactor ya podrá conectarse a la red, es decir, será supercrítico proporcionando más energía eléctrica de la que consume. Pero seguramente aún tendrá que proporcionar datos para los diseños industriales. Si hace la suma...con suerte tendremos la energía de fusión en unas tres décadas. Todo son incertezas salvo una: si no investigamos y abandonamos la energía nuclear, la energía de fusión no la obtendremos nunca".
Paciencia pues, y constancia en la investigación en este asunto, que sí que es crucial para el devenir de la humanidad. Mientras tanto, los ciudadanos debemos esforzarnos en ahorrar energía dentro de nuestras posibilidades (un servidor, por ejemplo, ha escrito esta "entrada" bien abrigado, y con una manta sobre las piernas, en vez de mantener la calefacción encendida al máximo).
Manuel Lozano Leyva es catedrático de Física Atómica, Molecular y Nuclear en la Universidad de Sevilla y, además de numerosas publicaciones científicas, ha escrito tres interesantes obras de divulgación ("El cosmos en la palma de la mano", 2002; "De Arquímedes a Einstein. Los diez experimentos más bellos de la física", 2005; "Los hilos de Ariadna. Diez descubrimientos que cambiaron la visión del mundo", 2007) y cuatro novelas, que tendremos que leer ( "El enviado del Rey", 2000; "Conspiración en Filipinas", 2002; "La excitación del vacío", 2002; "El galeón de Manila", 2006).
No hay comentarios:
Publicar un comentario