[Sismograma. Se observa primero la detección de las ondas p, luego las s y, por último, las ondas sísmicas superficiales, con sus amplitudes. Imagen procedente de www.lpi.tel.uva.es]
Nuevamente nos ha conmovido la terrible sacudida de la tierra con sus devastadores efectos. Esta vez el seísmo ha afectado fatalmente a Japón, el país mejor preparado para estos sucesos. El terremoto, de una magnitud 8,9 en la escala de Richter, ha provocado un tsunami (término precisamente de origen japonés) con olas de hasta 10 metros que ha arrasado el noreste de aquel país asiático, de frecuente actividad sísmica (al encontrarse en una zona de conjunción de placas tectónicas). El poder destructivo de los tsunamis no se debe sólo a la altura de las olas sino a su enorme energía cinética, pues una ingente masa de agua a gran velocidad (que puede alcanzar hasta 800 km/h) es la que avanza hacia la costa. Las cifras de víctimas mortales, segura y desgraciadamente, irán aumentando con el paso de las horas, alcanzando (o superando) posiblemente el millar. Recordemos que el pasado terremoto de Haití, hace algo más de un año, de magnitud 7,0, produjo un elevadísimo número de muertos (más de 300.000), ya que el país caribeño, muy pobre, no estaba preparado para soportar un sismo de gran intensidad.
[Esquema de un tsunami; Fuente: Wikipedia]
El estudio de la sismología es esencial para saber cómo protegernos eficazmente de los terremotos y sus consecuencias. A ello dedica su vida profesional Francisco Vidal, profesor de la Universidad de Granada (una de las zonas de mayor riesgo sísmico de España), e investigador del IAG (Instituto Andaluz de Geofísica). Enlazo aquí la conferencia de este físico, pronunciada en la Fundación Juan March dentro del ciclo dedicado a las catástrofes, titulada Terremotos. Su potencial destructor y cómo podemos protegernos (acompañada de una presentación y descargable en MP3). Debemos estar agradecidos a estos investigadores y aprender de sus trabajos y conferencias.
Enlazo aquí el muy interesante programa de Tres14 (RTVE) dedicado a los terremotos. Imprescindible.
PS:
Esta tremenda catástrofe ha generado una gran inquietud debido al riesgo de contaminación radiactiva como consecuencia de los daños producidos en algunas centrales nucleares (particularmente en la de Fukushima, donde se produjo una explosión). Japón es un país muy poblado (doce ciudades tienen más de un millón de habitantes), con un elevado grado de desarrollo y una poderosa industria (asimismo tiene una completa y compleja red de transportes). Esto hace que sea dependiente de la energía nuclear, de la que obtiene un tercio de la electricidad. Hasta ahora creo que la mayoría de los japoneses aceptaba el riesgo de tener centrales nucleares en su sísmico país para poder mantener o incluso incrementar su nivel de desarrollo, pero después de lo ocurrido se plantearán dudas. No obstante, quiero decir que me da la impresión de que los medios de comunicación están magnificando la posible amenaza de una catástrofe radiactiva. Los titulares hacen referencia al peligro de una gran fuga radiactiva (inevitablemente nos viene a la memoria lo sucedido en Chernóbil en 1986, pero los reactores de aquella central carecían de edificio de contención y, desde luego, los japoneses nos inspiran mucha mayor confianza en la gestión del problema que aquellos soviéticos). Desde que ocurrió la explosión en la central de Fukushima se habla más de la amenaza nuclear que de la realidad de la catástrofe, con un elevado número de víctimas, que parece que va a superar con creces el millar de muertes, y grandes pérdidas materiales. Parece que interesa reabrir el debate nuclear, lamentablemente en no pocas ocasiones con falta de rigor (afortunadamente, al menos, en el canal 24 horas de TVE se entrevistó a un catedrático de Tecnología Nuclear que explicó con detalle y claridad el asunto). A mí, de momento, me preocupan mucho más las víctimas del tsunami. En fin, seguramente estaré equivocado.
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