[Foto: fuente dedicada a Cuvier, de 1840; procedente de
http://launay.org]
Mi reciente viaje a París me ha permitido pasear por calles y animados bulevares de muy sugerentes nombres (Pasteur, Arago, Cassini, Buffon, Linné, etc.) y contemplar algunos edificios históricos de intenso sabor científico. Y es que París, como no podía ser de otra manera, no es sólo una de las ciudades del mundo con una mayor concentración de monumentos, muchos de ellos realmente deslumbrantes, sino que hay edificios del máximo interés para los amantes de la ciencia. Hagamos un rápido y sucinto recorrido por algunos de ellos (no todos tuve la suerte de ver, pues las economías modestas no pueden permitirse una estancia prolongada, como la hermosa ciudad del Sena merece).
1. Conservatoire des Arts et Métiers. De gran interés para los amantes de la técnica.
2. Collège de France. Situado en el Barrio Latino, frente a la Sorbona. Institución docente de gran prestigio, fundada en 1520. Fue conocido como el "Colegio de las Tres Lenguas", pues allí se enseñaba el latín, el griego y el hebreo. En el Collège de France fueron profesores científicos de tanto relieve como
Bernard,
Berthelot,
Cuvier,
Frédéric Joliot-Curie o
Langevin.
3. Jardin des Plantes. El jardín botánico, próximo a la estación de Austerlitz y al Sena, incluye también un Museo de Historia Natural (paseando por la rue Buffon podemos contemplar, a través de los ventanales, esqueletos de animales de otros tiempos). Junto al jardín botánico, en la esquina de la rue Linné con Cuvier, nos sorprende gratamente la
fuente dedicada a
Cuvier, el gran naturalista francés de finales del siglo XVIII y principios del XIX, padre de la Paleontología y de la Anatomía comparada. La bella
fontaine, de estilo neoclásico, tiene un singular encanto, adquiriendo los animales un protagonismo especial, con león y cocodrilo incluidos. Una "pequeña joya" no muy conocida que alegrará a los amantes de la naturaleza en su paseo por la gigantesca y monumental urbe.
[Foto: observatorio astronómico de Paris, con la
estatua de Le Verrier, quien fuera director del observatorio a mediados del siglo XIX;
Le Verrier, fue capaz de prever la existencia de un planeta (Neptuno) más allá de Urano, estudiando precisamente las anomalías de la órbita del planeta que descubriera William Herschel en 1781 y, además, indicar con gran exactitud dónde debía buscarse. La predicción de Le Verrier, de extraordinaria belleza científica, confirmaba la teoría de la gravitación de Newton; descubrimiento sin precedentes en la Astronomía. Procedencia de la foto:
www.mitadmissions,org]
4. Observatoire. El Observatorio Astronómico de París fue construido entre 1667 y 1672 y posee dos características torres octogonales (en ellas debió inspirarse José Celestino Mutis para el observatorio de Santa Fe de Bogotá, el primero de América). Surgió como complemento de la Academia de las Ciencias, de esa misma época. En sus 125 primeros años de existencia estuvo dirigido por los Cassini. Merece la pena visitarlo, para después bajar a los jardines y palacio de Luxembourg. Poco antes de llegar a los preciosos jardines, si nos fijamos bien, podremos ver la Facultad de Farmacia, con una estatua de Vauquelin, descubridor del cromo a finales del XVIII.
5. Palais de la Découverte. Este Palacio de los Descubrimientos constituye el ala oeste del Grand Palais y con toda seguridad merece la pena su visita, que nosotros no pudimos hacer.
6. Musée Pasteur. Pocos lugares tienen tanto interés para la ciencia como el Instituto Pasteur. El museo se encuentra en el número 25 de la rue du Docteur Roux. Un busto del eximio químico y microbiológo francés preside la entrada. En el sótano del museo se encuentran los restos de
Pasteur, en una capilla de inspiración bizantina.
7. Sorbonne. La Sorbona es un imponente edificio y, sin duda alguna, la más curiosa de las universidades (allí fueron profesores los Curie). Tiene sus orígenes en el siglo XIII como un colegio de Teología para estudiantes con pocos recursos económicos. Además de los matrimonios Curie y Joliot-Curie, también Pasteur enseñó entre sus históricas paredes.
[Foto: torre de St-Jacques, en cuya base se encuentra una
estatua de Pascal; procedente de
www.welcometoparis.it]
8. Tour St-Jacques. La torre de Santiago se alza alegremente en mitad de un bonito y céntrico jardín. Formaba parte de una iglesia que era punto de encuentro de los peregrinos que se disponían a realizar el Camino de Santiago. Hoy sólo queda la torre gótica, de algo más de cincuenta metros de altura, donde Blaise Pascal hizo experimentos para estudiar la variación de la presión atmosférica con la altitud, a mediados del siglo XVII. Según hemos leído, bajo ella fue enterrado el alquimista medieval Nicolas Flamel, aunque una leyenda afirma que realmente nunca murió y hay quienes, en diferentes épocas, se han atrevido a afirmar que lo han visto por las calles de París (!). Los alquimistas siempre fueron manantial de curiosas e inverosímiles historias.
Un brevísimo paseo por el París de la ciencia. Intentaré profundizar algo más en otro momento. ¿Qué recomendaciones sugiere el lector? Sin duda, me he dejado mucho por comentar. Pido disculpas; y animo a los comentarios.