[Ramiro Ledesma Ramos (1905 - 1936), joven intelectual con formación filosófica y matemática, de truncada carrera, fue sacado de la cárcel madrileña de Ventas y asesinado el 29 de octubre del sangriento año de 1936, a comienzos de nuestra "guerra incivil". Fuente de la imagen ABC (aquí)]
La guerra fratricida de 1936 - 1939 no solo supuso el fin del sueño de un país más próspero y justo sino la defunción de la prometedora Edad de Plata de la cultura española. El exilio y la muerte de no pocos intelectuales fue una catástrofe humana y cultural para nuestro sufrido país. Muchos de los más jóvenes participaron activamente en los enfrentados movimientos políticos de aquella convulsa época, como es el caso de Ramiro Ledesma, fundador del nacionalsindicalismo, discípulo de Ortega y Gasset y representante hispano de las vanguardias intelectuales de los años 20 -30 del agitado pasado siglo. Es un personaje ciertamente interesante y poco conocido al que ya dedicamos unas líneas en El devenir de la ciencia, pues hallamos en el filósofo y político zamorano ideas muy sugestivas sobre la ciencia revolucionaria y la filosofía de comienzos del siglo XX, particularmente nos llaman la atención sus ideas precursoras del falsacionismo. Sus artículos de filosofía y ciencia (en su mayoría publicados en La Gaceta Literaria y Revista de Occidente) son lúcidos y jugosos, para saborearlos sin prejuicios.
Y sobre la trágica e injustificable muerte de Ledesma (asesinado al ser sacado de la cárcel, como era habitual en el Madrid de 1936) hay una penosa anécdota. Su vigor intelectual y sus inquietudes científicas tienen que ver con el asunto.
Parece ser que, estando en prisión, para ocultar su identidad a sus carceleros y evitar una muerte segura (fue fundador de las JONS, el movimiento nacionalsindicalista español) dijo llamarse Roberto Lanzas, pseudónimo que ya había utilizado en alguno de sus ensayos políticos (los carceleros no debían de ser muy "de libros"). Ramiro Ledesma no dejó de leer en la prisión madrileña de Ventas, pues cuando la preocupación y la angustia ante los acontecimientos fatales imperan la mente debe distraerse. Sus lecturas eran la Anábasis, de Jenofonte, Los Episodios Nacionales, de Galdós, y Los Estados Unidos de hoy, de André Siegfried. Su hermana Trinidad le llevaba los libros a la cárcel.
Pero también anhelaba Ledesma poder disfrutar con la ciencia. Mandó a su familia que le trajeran de casa El firmamento, del Padre Rodés, eminente astrónomo y director del Observatorio del Ebro, en Tortosa (ignoro si la edición más extensa y profunda, de 1927, o la más divulgativa y resumida de 1934). El caso es que, según cuenta el sacerdote Manuel Villares, quien coincidió y conversó con Ledesma en prisión, el infortunio entró en escena y tal vez el libro de astronomía de Luis Rodés fuera una de las causas de la muerte del joven intelectual y político. Cuenta Villares que Ramiro Ledesma pidió permiso a Polo, el jefe de las milicias de la cárcel, para que le mandasen de casa el libro del Padre Rodés. El tal Polo se extrañó del título de la obra, El firmamento (acaso pensó que era un libro religioso), y le preguntó por qué le interesaba. Debió de quedar Polo un tanto perplejo cuando Ledesma le contestó que era matemático y aficionado a la astronomía, pero no puso objeciones y dio su permiso. Sin embargo, a veces las cosas se complican de forma absurda. Poco tiempo después, "en una de aquellas visitas que hacían los Comités a los presos", narra el Padre Villares, al preguntarle el jefe a Ramiro Ledesma cuál era su profesión, respondió que periodista. Polo, presente, le dijo sorprendido: "¿Pero tú no me has dicho hace poco que eras astrónomo?". Ramiro Ledesma, Roberto Lanzas en la cárcel de Ventas, trató de explicarse y hacerle ver al miliciano que ser periodista y astrónomo aficionado eran cosas compatibles. Pero ya había provocado las suspicacias de Polo y se investigó la identidad del preso, descubriéndose que era Ramiro Ledesma Ramos, el fundador de las JONS, un dirigente fascista, y no un periodista llamado Roberto Lanzas. Posiblemente El firmamento de Rodés nunca llegó a las manos de Ledesma pero sí parece claro que el infortunio en este asunto se cebó con el joven intelectual. Acaso con esta confusión a raíz del libro de Rodés, dice Villares, Ramiro Ledesma firmó su sentencia de muerte.
DE INTERÉS:
- Ideas precursoras del falsacionismo en Ramiro Ledesma.
- Obras de LUIS RODÉS.
- Reseña (elogiosa) de El firmamento en ABC (Hemeroteca de ABC; 5/8/1934, página 11).
- Las Bodas de Plata del Observatorio del Ebro, en La Vanguardia (28 de octubre de 1930; pág. 10).
Pero también anhelaba Ledesma poder disfrutar con la ciencia. Mandó a su familia que le trajeran de casa El firmamento, del Padre Rodés, eminente astrónomo y director del Observatorio del Ebro, en Tortosa (ignoro si la edición más extensa y profunda, de 1927, o la más divulgativa y resumida de 1934). El caso es que, según cuenta el sacerdote Manuel Villares, quien coincidió y conversó con Ledesma en prisión, el infortunio entró en escena y tal vez el libro de astronomía de Luis Rodés fuera una de las causas de la muerte del joven intelectual y político. Cuenta Villares que Ramiro Ledesma pidió permiso a Polo, el jefe de las milicias de la cárcel, para que le mandasen de casa el libro del Padre Rodés. El tal Polo se extrañó del título de la obra, El firmamento (acaso pensó que era un libro religioso), y le preguntó por qué le interesaba. Debió de quedar Polo un tanto perplejo cuando Ledesma le contestó que era matemático y aficionado a la astronomía, pero no puso objeciones y dio su permiso. Sin embargo, a veces las cosas se complican de forma absurda. Poco tiempo después, "en una de aquellas visitas que hacían los Comités a los presos", narra el Padre Villares, al preguntarle el jefe a Ramiro Ledesma cuál era su profesión, respondió que periodista. Polo, presente, le dijo sorprendido: "¿Pero tú no me has dicho hace poco que eras astrónomo?". Ramiro Ledesma, Roberto Lanzas en la cárcel de Ventas, trató de explicarse y hacerle ver al miliciano que ser periodista y astrónomo aficionado eran cosas compatibles. Pero ya había provocado las suspicacias de Polo y se investigó la identidad del preso, descubriéndose que era Ramiro Ledesma Ramos, el fundador de las JONS, un dirigente fascista, y no un periodista llamado Roberto Lanzas. Posiblemente El firmamento de Rodés nunca llegó a las manos de Ledesma pero sí parece claro que el infortunio en este asunto se cebó con el joven intelectual. Acaso con esta confusión a raíz del libro de Rodés, dice Villares, Ramiro Ledesma firmó su sentencia de muerte.
[Edición de El firmamento, de Luis Rodés, de 1934.
Procedencia de la imagen aquí]
DE INTERÉS:
- Ideas precursoras del falsacionismo en Ramiro Ledesma.
- Obras de LUIS RODÉS.
- Reseña (elogiosa) de El firmamento en ABC (Hemeroteca de ABC; 5/8/1934, página 11).
- Las Bodas de Plata del Observatorio del Ebro, en La Vanguardia (28 de octubre de 1930; pág. 10).