sábado, 29 de enero de 2011

Galileo, Murillo y "Eppur si muove". Historia (probable) de una frase célebre

[Galileo ante el tribunal de la Inquisición]

Eppur si muove, "sin embargo se mueve". ¿Frase apócrifa o realmente pronunciada por Galileo?

Durante largo tiempo se extendió la leyenda de que Galileo Galilei (1564 - 1642)  había pronunciado, murmurando, con la tozudez propia del científico que se niega a aceptar aquellos principios dogmáticos no validados por la experiencia y la observación rigurosas, estas palabras retadoras tras retractarse del heliocentrismo copernicano (según el cual la Tierra, como el resto de los planetas, gira, se mueve, alrededor del Sol) ante el tribunal de la Inquisición que le condenó en 1633. Pero parece poco probable que el sabio de Pisa se arriesgara a ser oído por el Santo Oficio, cuando finalmente había cedido a la presión y había abjurado en los términos que ésta estableció.

El acontecimiento desencadenante del juicio contra Galileo en 1633 fue la publicación de una obra considerada una provocación: el Diálogo sobre los dos máximos sistemas del mundo, ptolemaico y copernicano (1632). El polémico libro, escrito en lengua vernácula en vez de en latín, es un diálogo entre un copernicano, un aristotélico-ptolemaico y un juez imparcial. Galileo, sin embargo, no es, no puede ser, ecuánime y toma claro partido por la tesis copernicana, burlándose implícitamente de la inconsistencia del geocentrismo. Y ello a pesar de que la condición fundamental que se la había puesto a Galileo para la publicación de su Diálogo era que debía tratar el heliocentrismo copernicano como una mera hipótesis y nunca como una teoría verdadera. Para colmo, algunos vieron reflejado en Simplicio, el mediocre defensor de las teorías aristotélico-ptolemaicas, al propio papa Urbano VIII. Así, ante tal panorama, no es de extrañar que el papa se viera ofendido por Galileo y que la actuación de la Santa Inquisición no se hiciera esperar, siendo convocado el autor del Diálogo a los tribunales unos meses después.

 [Urbano VIII, papa]

En el convento dominicano de Santa María sopra Minerva de Roma Galileo es condenado a finales de junio de 1633 a prisión perpetua, aunque le es conmutada la pena por arresto domiciliario de por vida. Antes de su cumplimiento Galileo pasa una temporada en el palacio arzobispal de Siena, custodiado y protegido por su amigo el arzobispo Ascanio Piccolomini (1590 - 1671). 

Pues bien, según Stillman Drake, autor de Galileo at work. His Scientific Biography (Dover Phoenix Editions, New York, 2003, reimpresión de la primera edición de The University of Chicago Press, 1978), el "eppur si muove" pudo haberlo pronunciado el autor del Diálogo justo antes de abandonar el palacio del arzobispo Piccolomini a finales de 1633; acaso en el momento de despedirse de su amigo y anfitrión, justo antes de subir al carruaje que habría de llevarle a su casa de Arcetri, cerca de Florencia, donde permanecería recluido a perpetuidad para cumplir su condena. Ciertamente no sabemos si fue así pero esta versión es sin duda más probable que la popular, en la cual Galileo habría murmurado agriamente el eppur si muove desafiante tras su abjuración ante el tribunal de la Inquisición.

Pero, ¿hay algún hecho que apoye la hipótesis de que la célebre frase pudo haber sido pronunciada por Galileo a su amigo Ascanio Piccolomini? No hay nada aclaratorio, aunque hallamos una interesante pista que nos podría conducir a la familia Piccolomini a través del pincel del pintor sevillano del barroco Bartolomé Estebán Murillo (1617 - 1682).

[Autorretrato de Bartolomé E. Murillo, 1672 - 75]

En 1911 acontece un sorprendente hallazgo. Nos lo narra Stillman Drake en su libro Galileo at work. Una familia belga, propietaria de una pintura en la que presumiblemente se representa a Galileo en los calabozos de la Inquisición, ordena la restauración del cuadro. Dicha pintura fechada en 164(?) (posiblemente 1643) es atribuida al joven Murillo o, tal vez, a algún pintor de su círculo establecido en la corte. Cuando fue retirada la pintura del marco para su limpieza se comprobó que el lienzo era de mayor tamaño del que se suponía, habiendo sido doblado excesivamente por detrás cuando fue enmarcado (¿por qué?, ¿se pretendía ocultar algo?). En la pintura aparece el prisionero (Galileo) señalando a una de las paredes del calabozo y, al desplegarse el lienzo completamente, aparecieron en un extremo las palabras "eppur si muove", escritas sobre el muro indicado por el reo, que tantos años habían permanecido ocultas.
Según Drake el cuadro pudo haber sido encargado a Murillo (u otro pintor instalado en la corte) por Octavio Piccolomini (1600 - 1656), militar al servicio de España y hermano del arzobispo de Siena y amigo de Galileo, Ascanio Piccolomini, quien a la sazón se encontraba en Madrid. Octavio Piccolomini sería conocedor de la frase supuestamente pronunciada por Galileo al despedirse de su amable anfitrión, el arzobispo de Siena (no obstante, creemos, también pudo haber sido una invención de Octavio Piccolomini o de su hermano el arzobispo con la intención de rendir justo tributo, a modo de escueta vindicación, al sabio de Pisa, quien decididamente se atrevió a defender la teoría heliocéntrica). El cuadro sería pues un homenaje a la insigne figura de Galileo tras su muerte en Arcetri a comienzos de 1642. Así, según Stillman Drake, la familia Piccolomini habría tenido conocimiento de las palabras de Galileo, "eppur si muove", que guardó en secreto, valioso arcano, y no hizo públicas hasta después de su muerte para preservar la seguridad del gran sabio, tenaz defensor del copernicanismo.

 [Octavio Piccolomini, Collezione Luca Cristini; imagen procedente de www.esacademic.com]

La célebre frase ha sido considerada frecuentemente como apócrifa, nacida un siglo después del fallecimiento de Galileo. Y es que el eppur si muove aparece impreso por vez primera en The Italian Library (Londres, 1757) del viajero, escritor y crítico italiano Giuseppe Baretti (1719 - 1789). 

[Giuseppe Baretti; imagen procedente de http://es.wikipedia.org]

Baretti escribió: "En el momento en que fue puesto en libertad [Galileo], miró al cielo y luego al suelo y, dando un pisotón, en actitud contemplativa dijo: "Eppur si muove" ". De aquí deduce Drake que, como Galileo no fue puesto nunca en libertad, el momento de pronunciar la frase bien pudo haber sido cuando al sabio se le permite abandonar la custodia del arzobispo de Siena, Ascanio Piccolomini, a finales de 1633 para cumplir la condena en su casa de Arcetri. Por tanto, las famosas palabras no habrían sido una invención de Baretti, sino que ya fueron atribuidas a Galileo un siglo antes, como demuestra la pintura atribuida a Murillo (de 1643) que contiene la frase heliocentrista. Baretti fue secretario de la Real Academia de Pintura en Londres. ¿Acaso el crítico italiano conocía la existencia del cuadro español en el que se ocultaba el eppur si muove? Es posible. Tal vez tuvo acceso a la historia del encargo de la pintura, con la frase en ella, hecho por la familia Piccolomini. Posteriormente a la publicación de la obra de Giuseppe Baretti las palabras atribuidas a Galileo aparecieron en otras y adquirieron gran difusión.

Respecto a que la pintura con Galileo en el calabozo sea de Murillo presenta dudas. Entre otras cosas porque no hay evidencias de que el pintor sevillano estuviera en Madrid en 1642-43, aunque se ha escrito (primero Palomino y luego Ceán Bermúdez) que el joven pintor viajó a la corte en 1642, donde habría conocido a Velázquez. En el supuesto, no confirmado hasta la fecha, de que Murillo estuviera en Madrid en 1642-43 bien es posible que hubiera recibido el encargo de Octavio Piccolomini, una pintura dedicada al padre de la ciencia moderna con el eppur si muove como tributo a aquel revolucionario del conocimiento (que pretendió destruir los pilares del bello templo de los saberes especulativos  para sustituirlos por unos nuevos, sólidos, basados en la observación y la experimentación).

Apuntaré asimismo que consulté sobre este asunto al prestigioso profesor Enrique Valdivieso, catedrático de Historia del Arte en la Universidad de Sevilla, y éste (que atentamente me contestó, lo cual le agradezco públicamente) no tenía noticia alguna del cuadro de Galileo en el calabozo señalando la célebre frase escrita en un muro, atribuido al joven Murillo, lo que me lleva a pensar que dicha obra debe ser de algún otro pintor de la época, acaso del entorno del sevillano.

Eppur si muove, "sin embargo se mueve" (la Tierra se mueve alrededor del astro rey como un planeta más). Frase apócrifa atribuida a Galileo o real, pero, en cualquier caso, quedó registrada para la historia al poco de la muerte del gran científico (aunque fue sacada a la luz a mediados del siglo XVIII, popularizándose posteriormente) y, como se descubrió en 1911, pudo salir, por encargo de la familia Piccolomini, del pincel de un pintor español.


Nota: Muy interesante, aunque no apto para todos los gustos, es el disco "Eppur si muove", dedicado a Galileo Galilei, de la banda alemana Haggard. Para ver unos vídeos con su música pínchese aquí. Imposible quedarse indiferente.



PS: ¡EUREKA! He aquí el cuadro de Galileo que tal vez pintó el sevillano MURILLO: http://brunelleschi.imss.fi.it/itineraries/gallery/TheTrial_34565.html

jueves, 20 de enero de 2011

2011: vindicación de la Química

"La necesidad de apoyar la enseñanza de la Química en la práctica ha sido llevada por algunos a la exageración, porque el alumno, engolfado en muchos y a veces muy complicados experimentos, no tiene tiempo para reflexionar sobre ellos. La Química es una ciencia experimental, esto es, tanto práctica como ciencia, y esta última empieza al aplicar los resultados de la práctica a la formación de conceptos y conclusiones."

[Del Prólogo de Elementos de Química; GUILLERMO (WILHELM) OSTWALD, traducción del alemán por el profesor Modesto Bargalló; Gustavo Gili Ed., Barcelona, 1917. "Obra escrita para los Centros de Enseñanza Secundaria y para los principiantes que hayan de estudiar privadamente la Química"]


Interesantes estas palabras, para la reflexión y el debate, del célebre químico Wilhelm Ostwald, escritas un siglo atrás, y qué curiosa la traducción del inolvidable profesor Bargalló cuando utiliza la palabra "engolfado" para referirse al alumno enfrascado haciendo experimentos sin comprender bien la esencia de lo que practica. Y es que la experimentación no debe ser un mero entretenimiento para la motivación de los jóvenes, sino un potente instrumento de comprensión y aprendizaje.

Con estas palabras de Ostwald, recogidas en un texto de 1917, he querido comenzar esta entrada dedicada a la celebración del "Año Internacional de la Química" en este 2011 que comenzamos. No es de extrañar que la UNESCO y la IUPAC hayan liderado esta iniciativa ya que esta ciencia, como todas las ciencias, necesita de una buena cantera de jóvenes ilusionados para convertirse en los profesionales, investigadores  y profesores del futuro, es decir, en las piezas del motor de progreso de las naciones.

En el caso particular de la ciencia química se hace aún más necesaria su reivindicación y difusión pues goza de muy mala prensa, tanto en la opinión pública (contaminación, aditivos alimentarios de extraña y sospechosa composición, riesgo de accidentes, guerra química, plaguicidas tóxicos, ...) como en los estudiantes (disciplina dura y difícil, repleta de conceptos y fórmulas de oscuro significado). Incluso es mal vista por otros científicos que, despectivamente, consideran a los químicos como una suerte de cocineros un tanto más refinados. Llamativa la frase del fisiólogo húngaro Albert Szent-Györgyi (1893 - 1986), investigador de la respiración celular y del ácido ascórbico (ese antioxidante de vital importancia) o vitamina C, Premio Nobel en 1937, quien no tuvo reparos en afirmar irónicamente que "si pidieras a un químico que averiguase qué es una dinamo, primero la disolvería en ácido clorhídrico" (citado en Diccionario de citas científicas. La cosecha de una mirada serena; Alan L. Mackay; CSIC-Ediciones de la Torre; Madrid, 1992).

Así, el lema de la celebración es "Química: nuestra vida, nuestro futuro" y se pretende divulgar el importante papel desempeñado por esta ciencia para mejorar nuestro bienestar y calidad de vida (nuevos materiales, tejidos, fármacos, control de la calidad del aire y de las aguas, restauración de obras de arte, toxicología, conservación de alimentos, investigación de crímenes, etc., etc.). Asimismo se pretende destacar los logros de la Química a lo largo de la historia, desde las antiguas técnicas de curtido de pieles o metalúrgicas hasta los más recientes avances, pasando por el triunfo de la química moderna, cuantitativa y precisa, en el siglo XVIII, con Lavoisier a la cabeza (la suya la cortaron los ignorantes y envidiosos), y el esplendoroso siglo XIX, cuando triunfa la teoría atómica, se explican las reacciones químicas en términos atómico-moleculares, se descubre la ley periódica (base de la ordenación de los elementos) y se ramifica la química en subdisciplinas como la inorgánica, la orgánica o la química física (ya que el volumen de descubrimientos  lo requiere).

 [Imagen de Avogadro (1776 - 1856), quien enunció su famosa hipótesis en 1811
hace ahora 200 años; procedente de la web aquí enlazada]

La química es la ciencia experimental que estudia las sustancias, su composición y estructura, sus propiedades y transformaciones de unas en otras (las reacciones químicas). Es la ciencia de la síntesis y el análisis, cualitativo y cuantitativo, de sustancias. Nos permite, verbigracia, sintetizar complejos principios activos con una función terapéutica altamente específica (tras el estudio de sutiles mecanismos de síntesis), o, tal vez, determinar el contenido en metales pesados en concentraciones de ppm o inferiores en una muestra de agua empleando un sofisticado instrumental analítico.

Se dice que se ha elegido 2011 como "Año Internacional de la Química" por su coincidencia con el centenario de la concesión del Premio Nobel de Química a Marie Curie, incansable y sacrificada mujer investigadora en tiempos difíciles  (en 1911, por su descubrimiento del radio y del polonio), y, también, por cumplirse el centenario de la fundación de la International Association of Chemical Societies, cuya sucesora es la IUPAC.

Dejo aquí la muy interesante entrevista, de unos treinta minutos, realizada al químico, investigador y divulgador, Bernardo Herradón en el recomendable programa de RNE5 "A hombros de gigantes" (dirigido por Manuel Seara), con motivo de esta sustanciosa celebración:

ENLACES DE INTERÉS:
- "Los avances de la Química" (blog de Bernardo Herradón).
-"Etimología de química".

CUATRO QUIMIOLECTURAS PARA 2011:

- Lavoisier y el misterio del quinto elemento. LUCA NOVELLI. Ed. Editex; Madrid, 2009. Para niños de últimos cursos de Primaria y adolescentes. Lectura agradable en clave de humor. Texto y cómic.


- El hierro se volvió oro. Historia de la Química. EDUARDO AVERBUJ. Mondadori. Colección Questio-Montena Aula; Madrid, 1988. Para jóvenes, particularmente estudiantes de Secundaria. Desconozco si hay una edición más reciente (sería una verdadera lástima que no la hubiera, dado su gran interés).

- Historia de la Química. WILLIAM H. BROCK. Alianza Editorial (Ciencia y Tecnología); Madrid, 1998. Para universitarios. Una incompleta historia de la química en la que se tratan con rigor los temas. Imprescindible.

- El Sistema Periódico. PRIMO LEVI. Ed. El Aleph; Barcelona, 2004. Literatura, ficción y realidad, por el químico y escritor italiano de origen judío Primo Levi, superviviente de los campos de concentración. Reseña aquí.


Y no debe uno perderse el programa que dedicó Tres14 (RTVE) a la Química. En la introducción se nos invita a disfrutarlo con estas palabras:

"Este mundo sería más aburrido sin la Química. Y no sólo porque nos perderíamos las películas con científicos diabólicos en laboratorios llenos de vasos humeantes. También porque nos quedaríamos sin un arte fundamental, el de enlazar átomos y moléculas. En la tabla periódica hay poco más de un centenar de elementos que se pueden combinar de forma casi infinita y así pueden surgir las más de 100.000 moléculas que hay en el cuerpo humano o los 900 compuestos que le dan aroma a un buen vino. El reto es crear nuevas combinaciones para solucionar problemas".

miércoles, 19 de enero de 2011

Para no perdérselos

Para no perdérselos son los dos últimos artículos del profesor Lozano Leyva y del lúcido y perspicaz matemático y escritor Carlo Frabetti, respectivamente,  en "La ciencia es la única noticia", el blog de ciencias del diario Público (que tantas veces hemos recomendado).

Columnas las suyas, estas últimas y habitualmente el resto, sin desperdicio, que nos abren los ojos y nos hacen reflexionar, favoreciendo el debate y la aportación de todo tipo de comentarios de los lectores. 

No se las pierda ...

Las otras ciencias (de Manuel Lozano Leyva).

Ciencia y prosperidad (de Carlo Frabetti).

Debate profundo con un toque de humor.

jueves, 13 de enero de 2011

En Diario de Sevilla

Si queréis leer el reportaje sobre "El devenir de la ciencia" (este modesto blog que tiene, entre otros objetivos, el de hermanar la ciencia con el resto de la cultura) en Diario de Sevilla pinchad aquí.

jueves, 6 de enero de 2011

La muerte del emperador


[Palacio de Carlos V en Yuste; en primer plano el estanque. Imagen procedente de

Partimos del pintoresco y encantador pueblecito de Garganta la Olla, en la cacereña comarca de La Vera, con rumbo, ascendiendo por la empinada carretera, al monasterio de Yuste. Con la niebla apenas vislumbrábamos el bello paisaje, salpicado de pequeñas cascadas de enérgica y cristalina agua. En un claro del robledal, que poblaba de pardas hojas el suelo invernal, apareció el monasterio de Yuste.

Sabíamos que allí se había retirado, buscando la tranquilidad y belleza del paraje, el emperador Carlos V a comienzos de 1557 tras su abdicación en Felipe II, su hijo. Allí, poco después, murió el rey. Éste había mandado construir un pequeño y austero palacio junto al monasterio de los Jerónimos de Yuste. Mientras esperábamos en la puerta del palacio para entrar me apoyé en la barandilla del amplio balcón y me quedé un rato contemplando cómo caían suavemente las gotas de lluvia sobre el estanque del jardín, formando pequeñas ondas. 

Sin embargo, nos contó el guía, no llegó el emperador a vivir allí ni un par de años, pues antes le sobrevino la muerte, no por la gota (vimos el sillón con reposapiés plegables, artefacto ad hoc para su mal), sino por el paludismo, confirmándose las sospechas en este sentido con el análisis del dedo meñique de Carlos V realizado recientemente. Esto, dado mi interés por esta enfermedad, me llamó poderosamente la atención. Al parecer un mosquito infectado del género Anopheles debió picar al monarca. En las aguas de los estanques de palacio debían proliferar los mosquitos. De las aguas estancadas de uno de ellos (diseñados por el ingeniero Juanelo Turriano) provendría el mortal insecto que actuó de vector de la enfermedad que padeció Carlos V (Carlos I de España) en el verano de 1558. A finales de septiembre de ese año, tras sufrir epidosios febriles y un debilitamiento extremo, el emperador falleció en su cama del palacio-monasterio de Yuste, en una habitación ya severamente enlutada por la muerte de la madre del emperador, la reina Juana I de Castilla, unos años antes.

En esta época nada cierto se sabía de la etiología de las fiebres intermitentes y, en consecuencia, tampoco había unas pautas de tratamiento específicas que tuvieran el respaldo de todos los médicos. No obstante, dado que todavía no se tenían noticias en el Viejo Continente de las cualidades febrífugas de la quina, que utilizaban los indígenas americanos (no comenzaron a utilizarla los  colonizadores y religiosos españoles hasta la primera mitad del siglo XVII), lo habitual era recurrir al empleo de eméticos (sustancias que provocan el vómito) y sangrías (los médicos seguían las enseñanzas de Hipócrates y Galeno, particularmente la teoría de los cuatro humores) para corregir el desequilibrio humoral.

Sobre este asunto he encontrado un muy interesante artículo ("El final de Carlos V: el paludismo y su dedo meñique", en el recomendable blog "España Eterna"):

http://espanaeterna.blogspot.com/2010/12/el-final-de-carlos-v-el-paludismo-y-su.html

Otras entradas sobre la malaria o paludismo en "El devenir de la Ciencia":

http://devenirdelaciencia.blogspot.com/2009/10/manuel-elkin-patarroyo-o-el-compromiso.html

http://devenirdelaciencia.blogspot.com/2009/05/en-busqueda-de-una-vacuna-eficaz-contra.html

http://devenirdelaciencia.blogspot.com/2010/11/la-malaria-de-roger-casement.html

http://devenirdelaciencia.blogspot.com/2009/12/charlando-sobre-el-arbol-de-la-quina.html

sábado, 1 de enero de 2011

Feliz 2011 y que no decaiga la cultura





En 2011 comienza una década que posiblemente, a pesar de las crisis (económica y de valores, ambas muy relacionadas, si no es que son lo mismo), nos depare importantes sorpresas científicas, y culturales. Deseo a todos los amigos de "El devenir de la ciencia" (y a los lectores casuales) un feliz 2011 (es decir, con numerosos momentos felices y de paz interior) y que soplen vientos favorables en esta década que ya ha comenzado.

Os dejo las campanadas, singularísimas, de la 2 (la segunda cadena de TVE, ese oasis cultural televisivo) y los recuerdos de gente tan interesante como Eduard Punset o Juan Carlos Ortega, entre otros.

http://www.rtve.es/television/campanadas-la2/

PS: Muy interesante el artículo (y los comentarios de los seguidores del blog "La ciencia es la única noticia", del diario Público) del escritor y matemático Carlo Frabetti, 2011, en el que se nos habla de los números primos, esos (sólo divisibles por sí mismos y la unidad) que siempre suscitan nuestro interés y curiosidad. Y es que el año que comenzamos es primo.