[Antonie van Leeuwenhoek; óleo de Jan Verkolje, circa 1680]
Después de leer el capítulo "El geógrafo, el astrónomo y el tratante de telas" del interesante libro La maldición de Tutankamón y otras historias de la microbiología (Raúl Rivas; Ed. Guadalmazán) no me resisto a traer a El devenir de la ciencia los fantásticos cuadros de Johannes Vermeer, El astrónomo y El geógrafo (pintados hacia 1669).
Resulta que, según algunos historiadores del arte, Antonie (o Anton) van Leeuwenhoek pudo haber posado para Johannes Vermeer cuando ambos tenían unos 35 años o algo más. Si esto fuera así, el astrónomo y el geógrafo de Vermeer serían Antonie van Leeuwenhoek. El caso es que el considerado "padre de la microbiología" y el gran pintor de los Países Bajos nacieron en 1632, con pocos días de diferencia, en la ciudad de Delft. Es posible pues que el autor de La joven de la perla pintara a Leeuwenhoek en sus retratos científicos, de manera que el astrónomo, el geógrafo y el tratante de telas, si se confirma la hipótesis, serían la misma persona. Tratante de telas que construyó sencillos microscopios con los que observó un mundo diminuto hasta entonces ignoto, en el que observó por vez primera bacterias y otros microorganismos. Y numerosos animálculos en el esperma, los espermatozoides.