jueves, 30 de mayo de 2013

¡Gusanos y más gusanos!

Narra Robert Oppenheimer esta historia o cuento sobre cierto profesor de zoología de la Universidad de Múnich. Tenía este la costumbre de interrogar a sus alumnos sobre los gusanos. La cosa llegó a tal extremo que los estudiantes de zoología no se preparaban otro tema que no fuera el de los gusanos. Cualquiera de ellos debía saberse bastante información de anélidos, platelmintos y demás gusanos. Pero cierto día el profesor llamó a un estudiante y serenamente le dijo: "Hábleme de los elefantes". El alumno, pasmado, se atrevió a contestar: "El elefante es un animal muy voluminoso y tiene una trompa semejante a un gusano". Breve pausa y continúa: "Los gusanos pueden ser divididos en las siguientes clases...".

Buen quiebro...Y que no falte la imaginación.

miércoles, 22 de mayo de 2013

Mónico Sánchez o la fuerza de la voluntad

Mónico Sánchez Moreno, inventor manchego de la primera mitad del pasado siglo, está de moda gracias al último libro del físico, divulgador científico y escritor Manuel Lozano Leyva, catedrático en la Universidad de Sevilla. El ingeniero eléctrico de Piedrabuena (en la comarca de Campo de Calatrava, Ciudad Real), don Mónico, es todo un ejemplo de fuerza de voluntad y de ganas de superar situaciones difíciles y deprimentes, de pobreza y carencias educativas entre otras, para alzar el vuelo, o navegar hacia tierras lejanas en busca de oportunidades con la cabeza llena de proyectos e ideas. Manuel Lozano más que contarnos la apasionante historia de este inventor manchego (ya de por sí magnífica; inventó un aparato de rayos X portátil usado con fines médicos en tiempos de guerra y fue pionero en la telefonía sin hilos) nos anima, y particularmente a la juventud española que tan áspera situación ha de afrontar en estos tiempos de dura y duradera crisis, a tirar hacia adelante y, allá donde fuere, sacar lo mejor de nosotros mismos para emprender nuestros proyectos. Al menos, que no dejemos de intentarlo. Un mensaje optimista que, la verdad, tampoco nos viene nada mal.


PARA SABER MÁS SOBRE MÓNICO SÁNCHEZ:



jueves, 9 de mayo de 2013

Los judíos y la ciencia

Traigo hoy a El devenir de la ciencia algunos fragmentos del prefacio y de la introducción del ensayo inédito de mi padre, Fernando Rivero Garrayo, Los judíos y la ciencia (Sevilla, 2002). Mi padre, catedrático en la antigua Escuela Normal sevillana y apasionado por la ciencia y su historia (particularmente de la física y la matemática), escribió este ensayo sobre médicos y científicos judíos pocos años antes de que nos dejara. ¿Qué mejor homenaje a tan honrado y sabio hombre que este de sacar del cajón unos folios de su obra y compartirlos con el mundo?



"Este ensayo tuvo su lejano origen en la curiosidad intelectual, cuando preparaba los cursos que impartí sobre historia de la ciencia y, en especial, sobre historia de la física. Entonces observé que había importantes judíos - Einstein, Freud, Cantor, etc. - que figuraban entre los científicos más sobresalientes. Más tarde, cuando me enteré de la enorme cantidad de éstos que emigraron de Alemania durante la desgraciada etapa del nazismo y, sobre todo, de los numerosos físicos judíos que formaron parte del llamado proyecto Manhattan para el desarrollo de la bomba atómica durante la Segunda Guerra Mundial, mi interés por profundizar en este aspecto de la historia de la ciencia se incrementó y ello ha dado lugar al presente diccionario cronológico de científicos judíos.


[Georg Cantor; imagen de wikipedia]


[...]


En este ensayo no trataremos de la supuesta "ciencia judía", que contrapuesta a la "ciencia alemana", y usada de forma peyorativa, fue atacada por los físicos nazis alemanes - por otra parte premios Nobel los dos, lo que demuestra el perjuicio que hace a la ciencia la intromisión en ella de intereses políticos - Philipp Lenard (escribió una "Física alemana", en cuatro tomos) y Johannes Stark, en los años treinta, especialmente opuestos a la teoría de la relatividad de Einstein, el más famoso de todos los judíos entonces y ahora. La "ciencia judía", como tal, no existe, ya que los judíos que se dedicaron a la ciencia, especialmente a partir del siglo XIX, en que salieron de los guetos y pudieron mezclarse con los cristianos, se incorporaron a la comunidad científica del país de origen. Por otra parte, los científicos y médicos judíos trabajaron e investigaron como tales científicos y no como pertenecientes a una etnia o una religión judía, entre otras cosas porque muchos de ellos eran indiferentes a su religión heredada - aunque no como pertenecientes al "pueblo judío", como proclamó muchas veces, y hasta con peligro de su vida, Einstein -. Otros, por nacer ya cristianos debido a sus padres, o bien por insertarse en la sociedad en que vivían, se hicieron católicos o protestantes. [...]

El pueblo judío ha estado periódicamente sometido a la diáspora, debido a persecuciones y matanzas históricas. En 1290 fueron expulsados de Inglaterra, en 1306, y luego en 1394, de Francia, y en 1492, por orden de los reyes Fernando e Isabel, de España. En este último caso, los que no quisieron convertirse a la religión católica fueron expulsados. Alrededor de 200.000 judíos - aunque esta cantidad varía según los autores - fueron al exilio, especialmente a Portugal, países del norte de África (Marruecos, Argelia y Túnez), Holanda, países balcánicos y Turquía. Estos "sefarditas" (de Sefarad, nombre hebreo de España) mantienen aún tradiciones de aquella época y hablan el dialecto judeo-español. Entre tanto, hubo bastantes juicios contra los judíos, muchos de los cuales, especialmente en España, acabaron en la hoguera; en otros casos, ni siquiera hubo juicios previos, sólo actuaciones represivas causadas por delaciones de algún cristiano sin motivo aparente, pero en realidad por motivos raciales, religiosos o económicos. Como botones de muestra citaremos la matanza de judíos que ocurrió en Sevilla (algo parecido pasó en otras localidades españolas, aunque con menos intensidad) en 1391, donde murieron unos cuatro mil judíos; los "pogroms" - palabra rusa que significa tumulto, y que se aplica a motines populares antijudíos - que hubo en Rusia en el siglo XIX; y, sobre todo, la persecución nazi que hubo en Alemania en los años de 1933 a 1945, donde se multiplicaron los campos de concentración y de exterminio, como en Auschwitz y en Treblinka, y donde perecieron - en lo que se llamó la "solución final" - alrededor de cuatro millones y medio de judíos (aparte de otros grupos como los gitanos), principalmente alemanes, y, en especial, polacos.

Esto no es una historia del pueblo judío y, por lo tanto, sólo nos referiremos a ella de pasada y trataremos de los judíos ante la ciencia. No obstante, de la población mundial judía, que en 1990 era de unos 18 millones (es decir, poco más del 0,3 % de la población total, residente principalmente en Estados Unidos, Israel y Rusia, por este orden), una proporción bastante importante han sido o son judíos dedicados a todas las ramas de la cultura, y muchos de ellos han destacado en sus respectivas especialidades.

[...]

Ha habido varios sabios judíos que revolucionaron un determinado campo del arte o de la ciencia. [...] Quizás fueron [tales "revoluciones"] una reacción subconsciente contra el ambiente cultural en que vivían, tratando de elevarse sobre aquellos que no reconocían en principio su valía. Entre ellos están: Karl Marx [...]. Georg Cantor (1845 - 1918),  matemático alemán, aunque había nacido en Rusia, personalidad muy religiosa - su padre se hizo protestante y su madre era católica - .  Con su teoría de conjuntos revolucionó la matemática de principios de siglo [XX], y no sólo ha tenido una gran transcendencia en esta ciencia sino también en la lógica; además se le deben los "números transfinitos" y la teoría de los números irracionales, en su época recibió muchos ataques de sus colegas matemáticos. Sigmund Freud (1856 - 1939), el famoso médico austriaco, que en 1938 tuvo que exiliarse al ser invadida su patria por los alemanes; fundó el psicoanálisis, que fue una revolución en el tratamiento de enfermos psiquiátricos y que tuvo un desarrollo enorme en los años de entreguerras, 1918 - 1939, aunque luego decayó algo por darle demasiada importancia a los aspectos sexuales y a la interpretación de los sueños (su hija Anna, desarrolló las teorías de su padre y fue una buena psicoanalista). Albert Einstein (1879 - 1955), el famoso autor de la Relatividad especial (1905) y de la Relatividad general (1916), una de las dos grandes revoluciones teóricas de la física, siendo la otra la física cuántica". [...]

(autor: FERNANDO RIVERO GARRAYO)

Algunos de los científicos cuyas biografías se tratan con mayor extensión, por su relevancia, en este ensayo, Los judíos y la ciencia, son: Bohr, Cantor, Cori, Ehrlich, Einstein, Feynman, Freud, Haber, R. Hertz, Maimónides, Meitner, Michelson, von Neumann, Oppenheimer, etc.