jueves, 23 de diciembre de 2010

Exposición virtual "América Escrita"


Gratísima sorpresa fue el toparme con una gran pantalla táctil a la entrada del edificio del Rectorado de la Universidad de Sevilla (el que fuera en otros tiempos fábrica de tabacos) en la que, a toque digital, podía ir recorriendo virtualmente las diferentes salas de la exposición "América Escrita: fondos americanistas en bibliotecas universitarias españolas". Un recorrido por interesantísimos escritos y documentos gráficos de la historia de la América colonial y de los moviminetos de emancipación. Se pretende con esta magna exposición virtual acercar a investigadores y curiosos de todo el mundo, sin la necesidad de desplazarse de su puesto de trabajo o de su mesa de ordenador (o incluso, como no habrá pocos, tumbados en un sofá con un portátil), materiales históricos de gran valor pertenecientes a los fondos de diferentes bibliotecas universitarias de España (colabora en ello el Archivo General de Indias). Se quiere conmerorar el 2º centenario de las independencias de las repúblicas hispanoamericanas (1810 - 2010).

El visitante puede hacer un recorrido virtual (eso sí, por las frías paredes de la exposición), paseando por las siete salas temáticas:

1.- Espacio y territorio.
2.- Personas.
3.- El Poder.
4.- Cultura.
5.- CIENCIA Y TÉCNICA (que aquí, como es natural, destacamos).
6.- América no española.
7.- Independencias.


La exposición consta de 237 obras escritas y gráficas comentadas por expertos universitarios (introducciones de imprescindible lectura). De este casi cuarto de millar de obras, 192 son títulos (impresos y manuscritos) y 45 son documentos gráficos (planos e ilustraciones). Podemos leer las cuidadas introducciones y profundizar con los textos completos digitalizados, o disfrutar de bellas láminas a color, verbigracia, la de los árboles de la quina en las proximidades de la localidad de Loja.

En la sala de "Ciencia y técnica" encontramos seis secciones:

- Urbanismo.
- Historia Natural.
- Náutica y astronomía.
- Explotación de la riqueza.
- Medicina.
- Arte militar.

Y hallamos en ellas valiosos textos de José de Acosta, Hipólito Ruiz, Jorge Juan, Antonio de Ulloa, Antonio Colmenero de Ledesma, Nicolás Monardes, Francisco de Leiva y Aguilar y José Celestino Mutis, entre otros. Escritos sobre la quina, el chocolate, el tabaco, la extracción de la plata, etc.



[Antonio de Ulloa, insigne científico y marino sevillano, descubridor del platino en tierras americanas.]

 
Excelente opción el darse un paseo virtual por esta exposición en estos días de vacaciones navideñas, ¿no creen?


Pasen y gocen:

domingo, 19 de diciembre de 2010

Los hallazgos científicos de una década

Fue la primera década del pasado siglo una época de grandes descubrimientos, revolucionaria, cuando las teorías de la relatividad y cuántica abrieron las puertas para el desarrollo de una nueva física, la física moderna, que marcaría radicalmente el devenir de la ciencia en el siglo XX. Ahora termina la primera década del siglo XXI, y todo apunta a que el profundo conocimineto de la Genética determinará buena parte de las investigaciones científicas de esta centuria y llegará a límites tan esperanzadores como inquietantes.

La prestigiosa revista Science acaba de seleccionar los diez descubrimientos más relevantes de la década que concluye y, sí, los hallazgos en el campo de la genética adquieren el máximo protagonismo. De la decena que propone la revista, cinco están relacionados con investigaciones en Genética y/o salud (sin duda la principal preocupación científica actual), tres son de Astronomía y Astrofísica (donde hay tantísimo por descubrir aún), uno relativo a los nuevos materiales y el restante al cambio climático global.

[Modelo molecular del ADN; imagen procedente de la  muy interesante web http://www.portalciencia.net/]

Estos son los diez principales descubrimientos científicos de la década según la revista Science:

1) La parte oscura del genoma. El llamado "ADN basura" parece tener funciones importantes en muchos procesos biológicos, como el cáncer.

2) Precisiones cosmológicas. Sólo un pequeño porcentaje de la composición del universo, un 4,5 %, es materia que forma objetos  celestes como estrellas y planetas, pero casi un 23 % sería materia oscura, no visible mas con efectos gravitatorios; y la mayor parte, algo menos de un 73 %, debe ser energía oscura, responsable de la aceleración de la expansión del universo. 

3) ADN del pasado. El estudio de la evolución de las especies, incluida la nuestra, puede depararnos sorpresas gracias a la paleogenética, es decir, al análisis del ADN de especies del pasado. El genoma del neandertal ha sido ya determinado.

4) Agua en Marte. En 2008 se confirmó la existencia de restos de hielo en el suelo marciano. Una evidencia más de la existencia de agua en Marte, reforzándose la hipótesis de que en el pasado en el planeta rojo debió haber agua líquida en su superficie o en el subsuelo, capaz de erosionar las rocas y de albergar alguna forma de vida.

5) Reprogramación celular. Se ha conseguido reprogramar células adultas, dotándolas de pluripotencialidad. Se creía, demostrándose en 2006 lo contrario, que una vez que una célula se ha diferenciado ya no puede convertirse en otro tipo de célula.

6) El microbioma. Se ha estudiado el papel que juegan los microorganismos en el cuerpo humano, demostrándose que algunas bacterias protegen frente a enfermedades. Los avances en la investigación del microbioma humano son sin duda esenciales para el cuidado de nuestra salud.

7) Exoplanetas. ¿Hay ahí fuera planetas similares a nuestra Tierra? Ciertamente debe haberlos y los investigadores los buscan en una tarea nada fácil. Actualmente se han localizado más de 500 exoplanetas, orbitando alrededor de otros soles, que se reparten en 422 sistemas planetarios diferentes. En esta década se han descubierto muchos de ellos, aunque la mayoría son gigantes gaseosos.

8) Las inflamaciones. En esta década se ha relacionado la inflamación con enfermedades como el cáncer(anteriormente se consideraba a la inflamación como una mera respuesta defensiva del organismo frente a agentes irritantes o infecciosos).

9) Metamateriales. La manipulación de la materia a niveles nanométricos ha permitido obtener metamateriales, aquellos que poseen una estructura que les confieren novedosas propiedades electromagnéticas. Se piensa en aplicarlos para la fabricación de superlentes. La revolución en el campo de la óptica.

10) Cambio climático antropogénico. Se ha confirmado el carácter antropogénico del calentamiento global por las emisiones de gases de efecto invernadero. La inmensa mayoría de los científicos está de acuerdo hoy en que la actividad humana es la responsable del calentamiento global. Algo imprescindible para presionar a los gobiernos a que adopten medidas contundentes que puedan frenarlo antes de que las consecuencias sean realmente catastróficas (particularmente para las regiones del planeta más desfavorecidas).


La ciencia avanza cada vez más, sorprendiéndonos sin cesar. Posiblemente en el siglo XXI alcance un enorme desarrollo, que ahora apenas vislumbramos.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Zarpa el Hespérides. Comienza la aventura científica "Malaspina 2010"

[Buque oceanográfico Hespérides; imagen procedente de http://iagua.es/]

Es un día grande para la ciencia, particularmente para la maltratada ciencia española (por mucho que se empeñen los políticos dirigentes en hacernos ver lo contrario la ciencia en España sigue desarrollándose en condiciones difíciles y no pocas veces es una tarea casi heróica por la limitación de recursos). Ha partido del puerto de Cádiz con rumbo a Río de Janeiro, en su primera etapa, el buque oceanográfico Hespérides, comenzando así esa magna aventura científica que es la Expedición Malaspina 2010. Un proyecto científico ambicioso (en el buen sentido del término), que pretende investigar el impacto del cambio climático global en los océanos (con medidas de temperatura, nutrientes, intercambio gaseoso y otras), así como estudiar la biodiversidad (con atención especial al plancton), particularmente de las profundidades oceánicas, estando prevista la toma de numerosas muestras (unas 70.000), muchas de ellas a profundidades de 3.000 - 4.000 metros o más (algo sin precedentes), que, con total seguridad, nos depararán sorpresas. Como no puede ser de otra manera, un proyecto de este calibre ha de ser multidisciplinar y en él participan varios centenares de científicos, un cuarto de millar españoles. Muy acertado es el nombre dado a esta expedición científica, que nos recuerda a las  memorables aventuras de los siglos XVIII y XIX, pues se homenajea a la de 1789 alrededor del mundo capitaneada por Alejandro Malaspina.

Web de la Expedición Malaspina 2010:



Vídeo de RTVE sobre la "Expedición Malaspina 2010":


Vídeos del programa "Horizonte 2019" sobre la "Expedición Malaspina 2010":


viernes, 10 de diciembre de 2010

David Rittenhouse y la atmósfera de Venus

[David Rittenhouse; imagen procedente de WIKIMEDIA]

En el tránsito de Venus de 1769 Rittenhouse descubrió que Venus tenía atmósfera. Pero ocho años antes Lomonósov (¡quién si no!), el gran sabio ruso que se anticipó a tantas cosas (siempre será poco lo que digamos de él), había sugerido dicha existencia en la observación del tránsito de 1761 desde San Petersburgo.

 Sabemos hoy que la densa atmósfera de Venus está mayoritariamente formada por dióxido de carbono, nada más y nada menos que un 96,5 %; el 3,5 % restante es nitrógeno y otros gases en concentraciones del orden de las ppm (partes por millón). Esta irrespirable y aplastante atmósfera produce un muy acusado efecto invernadero. Debido a ello y a su mayor proximidad al Sol que nuestra Tierra la temperatura en su superficie llega a rebasar los 700 K. La densísima atmósfera venusiana provoca una elevada presión en la superficie del planeta, unas 90 veces mayor que la presión atmosférica terrestre al nivel del mar (es decir, de unas 90 atm). Y no sólo eso es interesante de la atmósfera de Venus, también lo es el hecho de que, al estar el planeta completamente cubierto de nubes (formando una espesa capa, a unos 60 km de altitud, que oculta su superficie), tiene un elevado albedo: el 79 % de la radiación solar incidente es reflejada. Y ello hace que presente un brillo notable este lucero del alba y de la tarde. Es el objeto celeste que vemos más brillante desde la Tierra, después del Sol y la Luna (un verdadero placer observar ese punto luminoso temprano en la mañana, un instante de paz cuando uno, apresuradamente, se dirige al trabajo). 

Digamos algo más de esas nubes de Venus. Muy distintas son a las de nuestro planeta; las de éste riegan con el líquido de la vida nuestras tierras cuando de ellas caen gotas de agua líquida o, a veces, precipitaciones sólidas (nieve o hielo); las de aquél, las venusianas, están formadas por ácido sulfúrico concentrado, y ya sabemos las nefastas consecuencias de la lluvia ácida. Las nubes de Venus envuelven por completo a nuestro planeta vecino (las de la Tierra lo hacen en un 50 % aproximadamente) y como dijimos forman una espesa capa a unos 60 km sobre su superficie, invisible por tanto con un telescopio. Los investigadores han podido deducir a partir de ciertas irregularidades en las formaciones nubosas de Venus que a esos 60 km de altura los vientos podrían ser de unos 200 m/s, una velocidad brutal. En apenas cuatro días las nubes dan una vuelta completa a Venus. Impresionante. Dos atmósferas, la terrestre y la venusiana, bien diferentes (afortunadamente para los habitantes del planeta azul).



Para saber más y escuchar un audio sobre David Rittenhouse, astrónomo poco conocido, pínchese en:


Os dejo asimismo aquí el bello poema Venus, de Antonio Rivero Taravillo, de Planetario, quien en unos versos nos dice mucho de este planeta de atmósfera tan densa agitada por fortísimos vientos (que producen torbellinos a gran altura que observamos como largas bandas oscuras):

VENUS

Estrella tú de la tarde,
estrella de la mañana,
redonda y clara manzana
asada, que quema y arde
haciendo de brillo alarde
aunque velada por nubes.
No sabemos si hay querubes
o demonios en tu suelo;
rotando estás en el cielo,
alto infierno al que te subes.


Muy interesante este vídeo sobre la atmósfera de Venus:

http://www.youtube.com/watch?v=oeTK0_tXX9A

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Ir más allá: ¿Cómo?

[Torre de refrigeración de una central nuclear (de fisión).
Imagen procedente de http://www.energia-nuclear.net/]

"En ancha corriente se precipitan hacia delante las aguas del progreso.
¡Adelante; siempre adelante!
¡Impetuosas, cada vez más impetuosas!¿Hacia dónde?
¿hacia el idílico jardín de un feliz futuro?
¿O, quizás, a precipitarse en un abismo?
¿Quién podría saberlo?"

(Del libro El drama fascinante de la investigación nuclear, de WERNER BRAUNBEK; versión en castellano del catedrático de la Universidad de Barcelona José María Vidal Llenas; editorial Labor, ca. 1960)


En el último capítulo  del libro citado (El drama fascinante de la investigación nuclear, apasionante recorrido que hace Werner Braunbek por la historia de la investigación del núcleo atómico; historia que comenzó en febrero de 1896 con el descubrimiento de la radiactividad natural de las sales de uranio por Becquerel), el físico alemán (profesor emérito de Física Teórica en Tubinga) se plantea tan inquietantes preguntas.

Ante ellas, según el autor, caben imaginarse tres visiones.

[Imagen de nuestro Sol; procedente de http://www.scienceknowledge.org/]


Una visión optimista, idílica, donde el ser humano viva en armonía, sin tensiones ni conflictos entre las naciones, sin guerras por el control de las fuentes de energía, de las materias primas no renovables, porque sería una era de paz, de abundancia y prosperidad (¿llegaría ésta también para los más pobres?, me pregunto), hecha posible por el dominio de la poderosa y limpia fusión nuclear del inagotable hidrógeno, obtenido del agua de los océanos con un mínimo coste energético en comparación con la ingente cantidad de energía proporcionada. Es la misma energía del Sol, que un día los hombres controlarán en sus reactores de fusión. 

[Reactor de fusión del ITER; imagen procedente de http://www-fusion.ciemat.es/]

Pero, triste y trágicamente, la visión opuesta, pesimista, catastrofista, también es posible según Braunbek (recordemos que el libro al que hacemos referencia está escrito en plena Guerra Fría, en un momento álgido de tensión), visión horrible en la cual una guerra atómica provocaría destrucción y desolación sin precedentes.

[Explosión atómica en una prueba; imagen procedente de http://blog.espol.edu.ec/]

En este escenario de muerte, grandes extensiones quedarían contaminadas por la radiactividad, dejando a nuestra especie, ésa que fue llamada Homo sapiens, al borde del precipicio, en una existencia miserable en la cual los supervivientes tendrían que comenzar casi desde cero un nuevo y duro camino evolutivo.

[Residuos radiactivos; imagen procedente de http://desenchufados.net/]



Mas, también, Braunbek imaginaba hace cincuenta años un tercer escenario posible para el futuro (que correspondería a una visión ecologista estándar actual). En él, el tóxico radiactivo de los residuos almacenados largo tiempo va escapando gradualmente del control previsto. Fugas (producidas, por ejemplo, por movimientos subterráneos o por la corrosión de los recipientes almacenadores) sutiles y radiactivas que contaminarían poco a poco, pero trágicamente, aguas, suelo y atmósfera. La radiación iría actuando silenciosamente, "nadie muere por su culpa" pero "actúa incansable, día y noche, de generación en generación". Surgirían mutaciones y nacerían seres portadores de todo tipo de anomalías.


"¿Quién sabe?", se pregunta Braunbek.
"¿Quién sabe hacia dónde empuja la corriente?
¿Quién tendrá el valor de decir:"Yo sé que es esto, o esto, o lo otro, lo que ocurrirá dentro de cien, o dentro de doscientos años"?.
Y ¿quién puede atreverse siquiera a afirmar: "Yo sé que esto no será"?".


Concluye el profesor alemán:

"En ancha corriente corren más allá las aguas del progreso.
¿Es posible contenerlas?
¿Es posible encauzarlas ordenadamente?
Contenerlas, es seguro que no".

No podemos frenar el progreso y el avance de la ciencia; el hombre no lo ha hecho nunca y no hay motivos para pensar que lo haga en el futuro. Siempre ampliando el campo de conocimientos y los campos de conocimiento, en búsqueda sin término de porqués, descubriendo nuevos hechos con nuevos y cada vez más potentes y sofisticados instrumentos (nuevos hechos, nuevas preguntas). Para satisfacer su curiosidad innata, tan característica de Homo sapiens, de saber, de comprender; el saber por el saber y también, por supuesto, buscando aplicaciones prácticas para el progreso de la especie en un mundo difícil. No se puede contener esto, por tanto, no nos queda otro remedio que poner todos nuestros esfuerzos y recursos, intelectuales y materiales, para encauzar ordenadamente la ancha corriente de las aguas del progreso. Y aquí, sin duda, para resolver el cómo, habrá mucho que discutir. Y la sociedad deberá estar preparada. Es decir, con una formación adecuada para valorar críticamente los acontecimientos y poder dirigir su destino de forma serena y favorable, tanto como le sea posible.



viernes, 26 de noviembre de 2010

La malaria de Roger Casement


En la última novela del recientemente galardonado Premio Nobel de Literatura, el escritor peruano Mario Vargas Llosa narra la tremenda experiencia vital del irlandés (que nació británico) Roger Casement, aventurero sensible a toda forma de abuso y de explotación sin escrúpulos, héroe y traidor, según para quien. Casement se atrevió a denunciar los horrores del colonialismo a comienzos del siglo XX, primero en el Congo Belga, el Congo de Leopoldo II, luego en la Amazonía y por último en tierras nada exóticas para él, en su propia patria, la verde y sufrida Irlanda.

Casement abandonó por completo sus iniciales ideas ingenuas sobre el papel de las potencias occidentales en las colonias al comprobar in situ aquellas atrocidades que el poderoso europeo cometía con el nativo, peor que una bestia, con tal de satisfacer su codicia, su hambre de poder y de riqueza, de dominio y de supremacía. 

El sueño del celta (Alfaguara; Madrid, 2010) , la magistral novela de Vargas Llosa, es un recorrido por la vida, por la aventura existencial (la que va del afán de vivencias en lugares lejanos a la denuncia de la injusticia y la crueldad sobre los más débiles, de la ilusión por formar parte de la vanguardia del progreso civilizador y de los valores morales, cristianos, de occidente en territorios inhóspitos y salvajes a la decepción y el estupor por la barbarie del "civilizado" europeo) de un hombre con una sensibilidad y empatía que en aquellos remotos lugares eran la excepción, en unos territorios salvajes que no eran aptos, se decía, para los débiles.

[Roger Casement; imagen procedente de http://www.publico.es/]

Me detengo aquí en un episodio acaso menor (teniendo en cuenta todo lo que le sucedería después) de la vida de Roger Casement que, sin embargo, pudo haber tenido fatales consecuencias para nuestro protagonista (nuestro héroe) y, por ende, para el explotado nativo. Me refiero a sus repetidos padecimientos, como tantos otros en el África Central,  de la terrible malaria: en 1884 (nuestro insigne Nobel, Ramón y Cajal, tambíén contrajo el paludismo unos diez años antes en Cuba, adonde fue destinado como médico militar), 1887 y, el peor de todos, en 1902, que puso en peligro su vida. Este último ataque de la "enfermedad de los pantanos" aconteció cuando Casement tenía todo preparado para emprender su viaje al Medio y Alto Congo con la noble finalidad de elaborar un informe, en calidad de cónsul británico, sobre la situación de los nativos en aquellos territorios, particularmente de las condiciones en que realizaban la extracción del caucho, materia prima vegetal de importantes aplicaciones para los occidentales, como, por ejemplo, la fabricación de neumáticos. Así pues la expedición por el Congo hubo de posponerse debido a las fiebres palúdicas del irlandés. Bien sabía Roger Casement, por experiencia propia, que este inoportuno y temible padecimiento de malaria podía arruinarle sus planes. Fiebres altas, escalofríos, diarreas, hemorragias y debilidad extrema era lo esperado. El remedio, reposo durante varias semanas, bebida de abundante líquido, dieta a base de caldos y, por supuesto, el viejo remedio febrífugo que no en pocas ocasiones parecía haber resultado milagroso, la quinina.

En la novela, Vargas Llosa narra que Roger Casement pasó tres semanas en un estado lamentable por las fiebres tercianas de la malaria, con momentos de delirio, que intentaba aliviar tomando quinina añadida a las infusiones que preparaba su cocinero congoleño.

Hoy día, un siglo después de los acontecimientos que sufrió el bueno de Roger Casement, no faltan lugares en el mundo donde es preciso denunciar el abuso de poder y la injusticia. Y, así mismo, la lucha contra la malaria en las zonas endémicas requiere de mayor preocupación e inversión para la prevención por parte de los países desarrollados. Igualmente es imprescindible no reducir, sino todo lo contrario, la dotación económica de los proyectos de investigación de vacunas eficaces. La llama de esperanza que encendió Roger Casement debe permanecer viva, muy viva. No hay excusas, al menos si no quiere perderse la dignidad. El sueño del celta es también nuestro sueño.


Nota histórica:

Precisamente en los años en los que padeció Roger Casement la malaria se produjeron cruciales avances en su estudio. Particularmente se logró averiguar el parásito causante de la enfermedad y el vector.
La antigua creencia era que el mal de los pantanos era provocado por los efluvios o miasmas que desprendían las aguas estancadas y no es hasta la segunda mitad del siglo XIX cuando el avance de la microscopía permitió señalar como agente causante a los microorganismos. Pero, ¿exactamente, qué producía la enfermedad?

Fue el médico militar francés Laveran (1845 - 1922) quien observó en 1880 unas estructuras parasitarias en la sangre de enfermos de malaria, considerándolas las causantes de la enfermedad. Sin embargo, fue muy difícil cultivar in vitro el parásito  (se trata de protistas del género Plasmodium) y trabajar con él en el laboratorio, por lo que el descubrimiento de Laveran tardaría unos años en ser valorado por la comunidad científica internacional.

[Gametocitos de Plasmodium falciparum en una muestra de sangre humana; imagen procedente de http://www.k-state.edu/parasitology/]


Los colonos del Congo debían saber que el paludismo era transmitido por los mosquitos, pero a finales del XIX no estaba el asunto del todo claro. Es el médico militar inglés Ronald Ross (1857 - 1932) quien estudiando la malaria aviar demostró que los mosquitos actuaban como vectores.

[Ronald Ross; imagen procedente de http://nobelprize.org/]


Pero, ¿qué mosquitos en concreto transmitían el parásito? Fueron los italianos Grassi (1854 - 1925) y Bignami (1862 - 1919) los encargados de demostrar en 1898 que sólo eran los del género Anopheles. Grassi no sólo señala a los mosquitos Anopheles como transmisores o vectores de la malaria humana sino que tuvo el gran mérito de describir su ciclo biológico completo, aunque las investigaciones sobre todos los detalles del asunto se prolongarían hasta mediado el siglo pasado.


[Battista Grassi; imagen procedente de http://www.malariasite.com/]


[Mosquito del género Anopheles; imagen procedente de http://www.cdc.gov/parasites/

Vídeos de interés:



Los cuatro mosqueteros de la ciencia

No son tres sino cuatro los mosqueteros de la divulgación científica de calidad (de la máxima calidad diríamos) que escriben sus columnas respectivas en el diario Público, en "La ciencia es la única noticia", todo un lujo para el joven periódico, para nuestro disfrute  (pueden leerse los artículos en el blog de ciencias y, si se desea, comentarlos). Ya he recomendado con anterioridad dichos artículos y no me cansaré de hacerlo.


Hoy quiero dejar aquí unos vídeos en los que estos maestros de la divulgación (amén de grandes hombres de ciencia), Manuel Lozano Leyva, Carlo Frabetti, José María Bermúdez de Castro y Miguel Delibes de Castro, nos hablan de algunos aspectos de sus materias científicas y así, de paso, el lector podrá conocerlos algo más (yo tuve el privilegio de conocerlos personalmente el pasado mes de enero en Sevilla en sendas mesas, una de debate y otra de almuerzo):





sábado, 20 de noviembre de 2010

Más y mejor educación para un mundo difícil

[Imagen del escritor Antonio Muñoz Molina, procedente de http://www.elpais.com/]

"Los miembros de la bien llamada secta pedagógica, muy bien incrustados en el sistema político español, han arruinado, además de la escuela, la parte del lenguaje que tiene que ver con la enseñanza. Como es propio de los estafadores de las pseudociencias, han urdido una jerga opaca que oculta su perfecto vacío detrás de un simulacro de especialización técnica".

Con estas contundentes palabras comienza su artículo, Una cuestión de clase, el escritor Antonio Muñoz Molina en el número de este mes de noviembre de la revista Mercurio (Panorama de Libros), que edita la Fundación José Manuel Lara. En dicho número de la prestigiosa revista gratuita para el fomento de la lectura se debate el estado actual de la educación, con firmas de indiscutible relieve amén de la del escritor de Úbeda: Emilio Calatayud (entrevista), José Antonio Marina (La educación del talento), Justo Serna (El espejo de la educación), Ricardo Moreno Castillo (Alumnos sumisos y profesores autoritarios) y José Manuel Sánchez Ron (reseña del clásico de Bertrand Russell La educación para un mundo difícil). 

Resulta muy necesario escuchar  las voces críticas que vienen denunciando la situación pantanosa en la que se encuentra nuestra educación, la de nuestros niños y jóvenes, en una sociedad que se preocupa poco de ella y se ocupa aún menos. No todo es invertir en nuevas tecnologías que, aunque poderosas, no son las únicas herramientas sino que es preciso trabajar eficazmente en todos los frentes, entre ellos el de facilitar al docente su labor, no precisamente con un exceso de tareas burocráticas de las cuales pocas veces se beneficia el alumnado sino dotándole de recursos prácticos y favoreciendo unas condiciones  de trabajo óptimas para la enseñanza y el aprendizaje. Un docente no puede ser a la vez administrativo, educador, enfermero, guardia jurado, detective, asistente social, psicólogo y no sé qué más y, si aún le quedan energías, impartir clases de alguna disciplina académica, eso sí, con un enfoque que resulte lo más atractivo posible a un joven y exigente alumnado que no tiene culpa de la situación. El aprendizaje y la formación completa de nuestros alumnos no es posible si el profesor, agobiado por padres y la administración, pierde su entusiasmo e ilusión y, para colmo, ha de sacar el tiempo del cual cada vez dispone menos para planificar y desarrollar su labor principal: enseñar.

[Referido al escritor Antonio Muñoz Molina recomiendo sus artículos para la revista Muy Interesante]


viernes, 12 de noviembre de 2010

¿Qué es la vida?


"La vida puede observarse, diseccionarse y analizarse, pero es un fenómeno emergente y puede que nunca seamos capaces de darle una explicación racional" (James Lovelock; La venganza de la Tierra. La teoría de Gaia y el futuro de la humanidad (p. 236). Ed. Planeta, Barcelona, 2007).

Ciertamente no es fácil responder a una pregunta aparentemente tan sencilla y, dependiendo de la formación académica de quien nos responda, hallaremos diversas respuestas correspondientes a enfoques distintos; incluso, dentro de una misma rama del conocimiento, no faltará el contraste de matices entre autores diferentes que se atrevan a responder a la cuestión, ¿qué es la vida? Y, por supuesto, las ideas del hombre sobre el asunto han ido cambiando con el devenir de la historia. Para la mayoría de los mortales la vida es un camino de lucha, de momentos agradables alternados con otros de dolor y de angustia, de supervivencia en definitiva, que cada cual intenta llevar con la mayor dignidad posible.

Los filósofos, desde distintas corrientes de pensamiento, se han planteado a lo largo de la historia cuál es el significado de la vida, desde epicúreos y estoicos hasta existencialistas, pero también se plantean la propia definición de vida, de ser vivo. Pero aquí creo que resulta más conveniente acudir a la ciencia, aunque no hallemos plena satisfacción y tengamos que componer un rompecabezas a base de piezas aportadas por cada una de sus ramas. En el siglo XIX, a mi juicio, cierta corriente filosófica, el vitalismo, erró al pensar que la vida no podía explicarse exclusivamente en términos físicos y químicos, sino que era imprescindible la existencia de una "fuerza vital" de naturaleza no física. El ejemplo ilustra el fracaso que supone intentar abordar aspectos del conocimiento del mundo físico desde terrenos ajenos (y a veces anejos) a la ciencia. Sí está en cambio legitimada la filosofía para reflexionar sobre las diferentes definiciones científicas de "vida" y derivar de ello hondas consecuencias.

Y hablamos de diferentes definiciones científicas porque cada disciplina tiene un punto de vista particular, y todos son complementarios para tener una visión (seguramente incompleta) global del complejo rompecabezas de la vida como fenómeno. Así James Lovelock en el mencionado libro, La venganza de la Tierra, obra imprescindible y polémica, apunta con acierto que "los físicos dirán que es algo que existe dentro de unos límites y que espontáneamente reduce su entropía (desorden) mientras que excreta desorden al entorno".  Los químicos dirán en cambio que un ser vivo está compuesto de macromoléculas orgánicas junto con pequeñas cantidades de ciertos elementos, amén de agua, su componente principal. "Los bioquímicos y los fisiólogos (añade Lovelock) dirían que la existencia de vida siempre tiene lugar dentro de unas fronteras celulares que contienen un medio acuoso con una composición muy precisa de especies iónicas"; y cada célula "dispone de una serie completa de especificaciones e instrucciones escritas" codificadas en el ADN. Y "los biólogos la definirían como un estado dinámico de la materia que puede replicarse a sí misma y cuyos componentes individuales evolucionarán mediante selección natural".

Mas si le preguntamos a nuestro amigo el profesor Lozano Leyva, físico nuclear, posiblemente nos conteste que la vida tiene su origen remoto en las estrellas moribundas, pues el carbono se origina mediante un sutil mecanismo cuando en éstas los núcleos de helio, restos de la fusión nuclear del hidrógeno (que se ha ido agotando), se unen de tres en tres en el interior de la estrella, a una temperatura de millones de grados. Cuando finalmente la estrella explota como supernova el carbono, junto con el resto de elementos, es expulsado al espacio y puede volver a formarse una estrella que tal vez tenga un sistema planetario. Y el carbono, en esos planetas, puede llegar a formar moléculas orgánicas con enlaces C-C, C-H y con otros elementos como oxígeno y nitrógeno. Y estas moléculas "gracias a mucho azar y bastante necesidad, pueden dar lugar a un fenómeno fantástico: la vida".

(Para leer el interesantísimo artículo "De la mina al futuro", de Manuel Lozano Leyva, pínchese aquí)

viernes, 5 de noviembre de 2010

Un viaje en el tiempo con Charles Darwin

[Charles Robert Darwin; imagen procedente de http://www.medioambiente.net/]

Una particular nave parte desde "el origen del origen" hacia "el misterioso camino de nuestro futuro". En ella, mientras se viaja en el tiempo, su capitana y su ilustre tripulación (Francisco J. Ayala, Juan Luis Arsuaga, Jaime Josa, José Manuel Sánchez Ron y Martí Domínguez) nos narran la apasionante aventura científica que protagonizó hace más de siglo y medio el joven Charles Darwin cuando embarcó en un bergantín, el Beagle, para realizar un periplo alrededor del mundo que duraría casi cinco años (1831 - 1836). Un viaje que cambió su vida y transformó, revolucionó, la visión que el hombre tenía de la naturaleza y, sobre todo, de sí mismo.

A finales de 2009 el programa Documentos de RNE conmemoró el bicentenario del nacimiento de Charles Darwin y el 150 aniversario de la publicación de El origen de las especies con un especial en el que se mezclaban hábilmente realidad y ficción, con efectos especiales y la participación de actores, amén de la mencionada tripulación docta en el tema.

Y ahora, merecidamente, el programa, "La evolución de las especies: un viaje en el tiempo", ha recibido la mención especial del jurado en la 57ª edición de los Premios Ondas, en el apartado de Premios Internacionales de Radio. La ceremonía de entrega de estos prestigiosos premios de radio y televisión tendrá lugar el próximo 19 de noviembre en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona.

He aquí el premiado programa de RNE:




Y, para los amantes del buen cine y de la música, dejo también unos vídeos de la memorable película Master and Commander (que puede ver uno varias veces sin cansarse, como me ocurre con las películas de Stanley Kubrick), en la que el médico y naturalista de la tripulación está sin duda inspirado en la figura del genial Charles Darwin:






domingo, 31 de octubre de 2010

Unos momentos con Erik Satie y Ludovico Einaudi

Se ha dicho que la delicada y bella música del pianista italiano Ludovico Einaudi recuerda a la del francés Erik Satie. Puede ser, pero no cabe duda que ambos han compuesto piezas sutiles y evocadoras, plenamente envolventes que sosiegan el espíritu y hacen viajar a la imaginación. Dejo aquí unas muestras. ¿Qué hace esta música en "El devenir de la Ciencia"? Algo de física hay ...







Y no dejen de escuchar y ver Divenire, del piamontés.

viernes, 29 de octubre de 2010

¿Cambio de hora? ¿Para qué?

[Harold Lloyd colgado del reloj en Safety Last ("El hombre mosca"), 1923]

En la madrugada del próximo domingo tendremos que atrasar una hora el reloj por aquello del horario de invierno, supuestamente para ahorrar energía, pero no son pocos los que ven en ello algo inútil, pues el ahorro es ciertamente insignificante, y molesto, particularmente por producir alteraciones en el sueño a parte de la población, en especial a niños y ancianos. A mí no me afecta lo más mínimo, aunque hay que reconocer que esos primeros días en los que la noche nos asalta tan temprano se hace desagradable y nuestro estado de ánimo ha de prepararse para el otoño y el largo invierno (recuerdo que en aquel enero de 1991, cuando llegué a la septentrional y gris ciudad, por el granito de sus casas, escocesa de Aberdeen anochecía no mucho después de las tres de la tarde, lo cual probablemente me dejó inmunizado para estos trastornos).

Y siempre que nos obligan a cambiar la hora me acuerdo del físico y divulgador Manuel Toharia, a quien en varias ocasiones he escuchado en intervenciones en las que critica la medida por ineficaz (pínchese aquí).

Y no es mal momento para incluir en "El devenir de la Ciencia" esta jugosa entrevista en http://www.rtve.es/ a Manuel Toharia, maestro de la divulgación científica, para el disfrute de todos los amigos de este blog:


Asimismo os dejo este interesante enlace ("Cambio horario ¿ahorro de energía?"):




jueves, 28 de octubre de 2010

viernes, 22 de octubre de 2010

Malaspina en "Reportero de la Historia"

[Alejandro (Alessandro) Malaspina (1754 - 1809);
 imagen procedente de http://commons.wikimedia.org/]


El domingo pasado, en la fantástica programación cultural de TVE2, descubrí un programa de divulgación de la Historia bastante ameno y recomendable: "Reportero de la Historia" (enlazado en las "visitas imprescindibles" de este blog). Traigo hoy a "El devenir de la Ciencia" un capítulo de junio de 2010 dedicado a Malaspina y Vivens Vives:





Y también un pequeño vídeo de animación que he hallado en Youtube:



[Para ver el programa del ciclo de conferencias "La exploración del océano global", en la Residencia de Estudiantes de Madrid, pínchese aquí]

Premios Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica. El dolor

Hoy se están entregando en Oviedo los Premios Príncipe de Asturias de 2010 (ha impresionado el discurso del escritor francolibanés Amin Maalouf, quien ha hablado de tiempos descarriados y de "retroceso ético" para este siglo XXI a pesar de los avances científicos y tecnológicos), los Nobel en versión hispánica. El de Investigación Científica y Técnica ha sido concedido a  David Julius, Baruch Minke y Linda Watkins, especialistas en neurobiología sensorial y referentes mundiales en la investigación de la lucha contra el dolor.

Inevitablemente, como barojiano que soy, he recordado aquella tesis doctoral de Pío Baroja, médico antes que escritor, que defendió en 1894 y que llevaba por título "El dolor, estudio psicofísico". Puede leerse aquí el interesante artículo "Schopenhauer y el joven Baroja (El léxico del dolor y de la compasión)", de Francisco Abad (U.N.E.D.).

viernes, 15 de octubre de 2010

Tycho Brahe - Johannes Kepler (observación y teoría). Una difícil relación muy fructífera.



[Estatuas de Brahe y Kepler en Praga, donde coincidieron; imagen procedente de

Hace unos años pasé unas agradables vacaciones de verano en las proximidades de Lisboa, y en una librería de Cascais me detuve unos minutos. Me sorprendió un título, Intriga cósmica, que inmediatamente comencé a hojear y, finalmente, compré. Se trata de la traducción al portugués de Heavenly Intrigue (Anchor Books, 2005), escrito por el matrimonio Gilder (novelista y reportera, respectivamente). El título suena sensacionalista, pero el libro es verdaderamente interesante y está muy bien documentado. En él, que no es una novela sino un ensayo, se narran los acontecimientos principales de las vidas del astrónomo danés Tycho Brahe y del matemático alemán Johannes Kepler, centrándose en la oscura personalidad de este último y en su difícil relación con el primero en la Praga del emperador Rodolfo II, ya que sus visiones de la ciencia y del mundo (el danés disfrutaba con los placeres mundanos mientras que el alemán era un matemático místico, a lo pitagórico) no podían ser más opuestas. Sin embargo, ambos se necesitaban, eran científicos complementarios, uno el mejor observador del cielo, el otro con una poderosa mente deductiva (aunque a veces sumida en las nieblas de su misticismo). Se plantea en el libro de los Gilder la muerte de Tycho Brahe por envenenamiento con mercurio (aportándose pruebas científicas) y se propone la hipótesis, osada pero no descartable, del asesinato. Y, cómo no, para Joshua y Anne-Lee Gilder el sospechoso número uno es Kepler, entre otros motivos para poder tener acceso a los importantes datos astronómicos que guardaba Brahe celosamente y que necesitaba, anhelaba, el alemán. Yo, en cualquier caso, sin despreciar la hipótesis del asesinato, considero más probable que Tycho Brahe, astrónomo y alquimista (en el sentido iatroquímico), se hubiera envenenado él mismo involuntariamente con un uso, seguramente prolongado y abusivo, de sus peligrosos remedios mercuriales (advirtamos que Brahe tenía excesiva fe en su preparado mercurial, pues pensaba que en éste el mercurio quedaba "libre de su naturaleza venenosa", transformándose en un "remedio inofensivo que sólo hace el bien"; con él se podrían tratar las enfermedades de la piel y de la sangre, las infecciones venéreas crónicas y un largo etcétera, llegando hasta el punto de decir que su remedio, debidamente preparado, era capaz de curar las tres cuartas partes de las enfermedades que afectan al cuerpo humano, siempre que se aplicara del modo correcto y en el momento oportuno, es decir, consideraba a su preparado mercurial como una especie de panacea).

Así, Tycho Brahe pudo haber muerto por la insuficiencia renal, y la consiguiente uremia, provocada por dosis excesivas y prolongadas de su remedio mercurial como tratamiento de alguna enfermedad que padeciera, tal vez venérea (puede que gonorrea), sufriéndola silenciosamente y ocultándola a sus allegados. Es posible que la enfermedad se hiciera duradera en nuestro protagonista o incluso que sufriera alguna reinfección (hoy sabemos que el padecimiento de gonorrea no crea inmunidad). Si en este peligroso cóctel mezclamos una gonorrea (inicialmente esta enfermedad provoca pequeñas molestias en la uretra, especialmente al orinar, acompañadas de secreciones uretrales purulentas, y con su evolución pueden aparecer fuertes dolores al orinar; la progresión de la infección por el gonococo puede provocar, transcurridas varias semanas, una dolorosa inflamación de la próstata, las vesículas seminales y la vejiga urinaria) con los efectos de un tratamiento prolongado con mercurio y con las largas horas sin orinar durante aquel banquete de una noche de otoño de 1601 en Praga (donde es presumible que, como era habitual, se bebiera abundantemente) parece que encontramos motivos suficientes para el fatal desenlace.

[Nota: La preparación y la composición del remedio mercurial fue descrita por Brahe, un auténtico iatroquímico experimental,  y está recogida en el libro Heavenly Intrigue de los Gilder. La traducción e interpretación del texto de Brahe es del profesor de Historia de la Ciencia Lawrence Principe. El proceso de obtención del remedio es laborioso y requiere sucesivas purificaciones. La idea central de Brahe es obtener un preparado mercurial final eficaz, válido para el tratamiento de numerosas enfermedades y poco agresivo (dentro de las dosis recomendadas). El profesor Principe concluye que el proceso de preparación conduce finalmente a un sulfato de mercurio básico, mucho menos tóxico que el muy peligroso cloruro mercúrico. En el procedimiento de Brahe el mercurio del cloruro es reducido por el hierro, obteniéndose mercurio metálico, que posteriormente es tratado con aceite de vitriolo o ácido sulfúrico para formar el correspondiente sulfato.] 

Sobre este asunto recomiendo el artículo de Miquel Barceló "¿Kepler, matemático asesino?", en su interesantísima sección "Matemática Ficción" de divulgaMAT.

Y no quiero dejar de incluir aquí unos fragmentos de la memorable serie de Carl Sagan, Cosmos, en los que brillantemente (nunca mejor dicho) se nos narra la historia de Tycho Brahe y Johannes Kepler (pertenecen al capítulo 3, "La armonía de los mundos"):